Ni el boom de alquileres en la avenida de Villanueva a cuenta de El Corte Inglés --y el que puede avecinarse si los grandes almacenes van a Cáceres-- ha hecho mella en el ránking español de calles comerciales. No hay quien pueda con la madrileña Preciados, donde cada centímetro cuadrado se alquila a más de dos euros por año.

Dicho así no parece mucho, pero si hacemos cuentas, esto supone que un local de 50 metros cuadrados costaría, por año, 111.000 euros (más de 18 millones de pesetas). Además, el tirón de esta vía parece lejos de agotarse: según el estudio de Cushman & Wakefield Healey & Baker, los alquileres en Preciados se han incrementado un 50% en dos años.

No ocurre así con Serrano, también en Madrid, donde sólo subieron un 29%, y se colocaron en 1.900 euros por metro y año, lo que ha hecho que Portal de l´Angel, en Barcelona, la supere en el ránking, al alcanzar los 2.060 euros por metro cuadrado y año.

Detrás en esta muestra estarían el Paseo de Gracia (Barcelona), Colón (Valencia), Gran Vía (Bilbao) y Tetuán (Sevilla), todas por encima de los 1.000 euros por metro cuadrado y año.

Mercado internacional

Rozando esta barrera se sitúan Marqués de Larios, en Málaga; Rambla de Cataluña, en Barcelona, y Plaza de la Independencia, en Zaragoza. A más distancia, Jaime III, en Palma de Mallorca, que, con 680 euros por metro y año, es la única por debajo de la calle extremeña más cotizada.

Dando el salto al mercado internacional, cabe preguntarse qué rentabilidad tiene que tener un negocio para que, instalado en un local de cien metros cuadrados pueda pagar, sólo en arriendo, 840.000 euros por año (140 millones de pesetas). Debe haberlos, porque eso es lo que cuesta la zona más exclusiva, en términos comerciales, del mundo, la Quinta Avenida neoyorkina.

Claro, que si se quiere algo más asequible, siempre quedará París, donde un local de las mismas dimensiones apenas paga un alquiler anual de 630.000 euros (105 millones de pesetas). También puede optarse por Causeway Bay, en Hong Kong; Oxford Street, en Lóndres; Gafton Street, en Dublín; Kaunfingetrasse, de Munich, o Tverskaya, en Moscú.

Sólo hay que estar dispuestos a pagar por instalarse en un local de un centenar de metros cuadrados entre 300.000 y 500.000 euros al año, y rogar porque entren los clientes.