"Los tendré que vender como chatarra, porque con estas tarifas, a ver quien va a quererlos ahora". Antonio Núñez adquirió los acumuladores de calor hace solo dos años y medio, por lo que apenas ha tenido tiempo de amortizar los más de 3.000 euros que le costaron.

A este prejubilado de banca pacense el cambio de tarifa le parece "un atraco a mano armada a los consumidores que, aunque sabíamos que era más caro, invertimos en este tipo de calefacción con la idea de amortizarlo en un futuro". Algo que es más grave todavía, considera, si se tiene en cuenta que "los compramos por consejo de ellos". En cualquier caso, conoce casos peores: "Un vecino mío los puso hace apenas un año y se gastó lo mismo".

En total, en casa de Antonio hay cinco acumuladores --que suman más de 12.000 vatios de potencia-- que le proporcionan calefacción y agua caliente. "Hasta quitamos el calentador anterior para poner uno eléctrico. Si lo llego a saber lo pongo todo de gas", asegura.

Pero los acumuladores no son los únicos que pueden subir a partir de ahora su factura de la luz. Contar con una tarifa que prima el consumo nocturno hizo que desviara buena parte de la demanda eléctrica (lavavajillas, lavadora, secadora....) a este horario, que ahora, aunque más largo, será algo más caro. Y luego, durante el día, la penalización se multiplicará por diez. "No sé qué hacer, te sientes desorientado e impotente", resume.

De momento ha preferido no echar cuentas de cuánto más va a tener que rascarse el bolsillo, aunque "por lo que he leído, pueden ser hasta 140 euros más al año". "Esto es un abuso, aquí las crisis siempre las pagamos los mismos", lamenta.

Tampoco se ha puesto en contacto con su compañía para hacer ningún tipo de cambio en el contrato "hasta ver en qué queda esto". Eso sí, se ha apuntado en el registro que está elaborando la UCE con vistas a una posible reclamación colectiva. "Si somos muchos y nos unimos, es posible que parte del problema se arregle. Lo que no podemos hacer es quedarnos callados", confía.