Salvó una vida, pero no pudo salvar la suya. Ayer lo recordaba el alcalde de Usagre, Juan Francisco Hernández. Jesús, el joven de esta localidad que murió el lunes en el accidente de Santa Marta ostentaba el título de Usagreño del año .

Se había ganado esta distinción hace ocho años, cuando apenas contaba 17 años y arriesgó su vida para salvar a su tío, que se estaba ahogando en el pantano de Alange.

Esta circunstancia añade, si cabe, más dolor a su desaparición y a la de Tania, hermana de su novia y que también falleció en el siniestro.

En la noche del pasado lunes, Jesús no pudo repetir su hazaña para salvarse él ni evitar la muerte de Tania. El rastro de frenada que su coche marcó en la carretera no fue suficiente para evitar el choque.

No hace mucho, Jesús se había hecho cargo de la empresa que levantó su abuelo, para quien el joven era su ojito derecho, un molino de piensos que ayudaba a ganarse la vida a esta familia de ganaderos extremeños.

Ahora, su pueblo hace lo más que puede hacerse en estas circunstancias, acompañar a las familias, intentar dar algún consuelo, recordar lo que conocían de estos jóvenes afincados en su tierra y llorar su pérdida.

El ayuntamiento, sacudido por la tragedia, también ha querido expresar su dolor y tristeza decretando dos días de luto y haciendo que la bandera ondee a media asta y con crespones negros.

Nadie podía imaginarse que este tramo de carretera, recién estrenado, ya que la variante de Santa Marta se abrió hace 18 días precisamente como solución al punto negro que suponía el paso de vehículos por el centro de la localidad, iba a teñirse de tragedia tan pronto, y a cobrarse la vida de unos jóvenes que volvían a casa después de disfrutar de un día de compras en El Corte Inglés.

En Usagre nadie entiende cómo la presunta imprudencia de un conductor que no respetó las normas ha podido tener para este pueblo un precio tan algo, el de la vida de dos personas inocentes que estaban empezando a vivir, y el del dolor de todos los vecinos ante unas muertes tan absurdas como injustas.