Octubre de 1991. Cáceres salta a todos los telediarios por ser escenario de una batalla campal entre jóvenes y policías por el adelanto en la hora de cierre de los bares decretada por la administración. De aquellos polvos y sus respectivos barros, llegaron los lodos actuales. En el 2002 el debate, en esta ocasión mucho más pacífico, sobre el horario se reabrió y aún no se ha cerrado.