Mariana Rus, de 42 años, es natural de Dej, una ciudad de Rumanía. Tiene tres hijas de 22, 19 y 11 años, y hace unos tres años llegó a Don Benito en busca de mejores oportunidades para su familia. Cuando enviudó en su país, la mayor de sus hijas iba a comenzar los estudios universitarios, y según explica "no podía seguir ese ritmo de vida y decidí venirme a España". Viajó sola para trabajar cuidando al marido de una amiga que sufrió un accidente. Pasados tres meses, la economía de este matrimonio empeoró y dejó el trabajo. Volvió a buscarse la vida y ha estado trabajando en un vivero hasta hace tres semanas. Pero ahora vuelve a empezar. "En Don Benito me han acogido fenomenalmente, a mí y a mis hijas, y no hemos sentido discriminación. Lo que sí es complicado es alquilar piso, no quieren alquilarlos a rumanos", añade.

Sin ser gitana, ella considera que "es necesario que primero se de en Francia una oportunidad para la integración, ya que deben adaptarse a las costumbres del país en el que viven". Desde que llegó a España, Rus no ha vuelto a su país, aunque espera poder viajar algún día cuando las cosas mejoren. Cristina Paredes