A los socialistas los llamaban "pancarteros" y los acusaban de crispar. ¿Está Ruiz-Gallardón más cerca del centro que usted? --No, no creo. Yo soy moderado, de centro, y lo he sido siempre, toda mi vida. Lo que sucede es que a mucha gente le gusta hacer algunas elucubraciones, especulaciones...
--¿Está satisfecho no ya de su decisión de excluir al alcalde de Madrid de la lista, sino de cómo gestionó el conflicto entre Alberto Ruiz-Gallardón y Esperanza Aguirre? --La decisión creo que es la buena. Alguien elegido alcalde de Madrid hace ocho meses debe dedicarse en exclusiva a ese cometido, aunque ese no fue el factor determinante. Me tuve que tomar mi tiempo porque quería tener una lista potente, y cuando incorporé a Manuel Pizarro me pareció que era lo mejor. Probablemente si estas cosas no se hubieran hecho públicas, este intenso debate no se hubiera producido nunca.
--El comunicado en el que anunció que no incluiría en su lista ni a Aguirre ni a Gallardón delataba que está dolido con la actitud beligerante que mantienen entre sí, y que por cierto no han depuesto... --No es que esté propiamente dolido. La política y los partidos tienen sus complicaciones. Estos últimos han sido años complicados, porque asumí la dirección del PP en un momento muy difícil, tras una derrota electoral inesperada y con la gente muy baja de moral. Yo he dedicado estos años de mi vida a trabajar con intensidad, porque las cosas se pueden hacer mucho mejor en España y hay muchos españoles que confían en el PP. No podemos defraudarles.
--¿Gallardón y Aguirre tendrían un hueco en su Gobierno? --Sí, sí, no descarto nombrar a ninguno de los dos, a ninguno. Creo que son dos personas capaces y lo harían muy bien. Para el Gobierno de España contaré con los mejores.
--¿Incluso si militan en otros partidos, como hizo Sarkozy? --Hombre, no. No descarto nombrar a nadie, pero la gente votará nuestro programa, y por tanto el grueso del Gobierno debe ser del PP. Pero también puede haber independientes, no me cierro a esa opción.
