A un mes de unas elecciones cruciales para su carrera política, revancha o confirmación de su derrota del 2004, Rajoy intenta desmarcarse de los obispos y justifica su discurso beligerante sobre la inmigración, que ha amortiguado la polémica episcopal, en una entrevista ofrecida a los periódicos de Grupo Zeta.

Relacionadas

--El contrato de integración de los inmigrantes contiene medidas y derechos ya existentes. ¿Qué aporta que los extranjeros se comprometan por escrito a respetar la ley? --Todos debemos cumplir las leyes, con o sin contrato, pero este contrato es un compromiso recíproco que va más allá. El que viene de fuera se compromete a integrarse en nuestra sociedad, y el Estado, a facilitarle esa integración. Por eso se pide y se facilita que aprendan nuestro idioma o que compartan nuestros valores. En Girona, donde la Generalitat permitió a un padre que su hija fuera al colegio con velo, no se quebrantó la ley, pero sí las costumbres y las normas que dictó el propio centro. Eso es lo que pretendemos evitar.

--Desterrar de la escuela los símbolos religiosos... ¿Todos? --No es un debate sobre religión, sino sobre la necesidad de defender un valor esencial en la civilización como es la igualdad entre mujeres y hombres. Es fundamental que en la escuela se busque la integración y se destierren los símbolos de discriminación sexual.

--Las palabras de Arias Cañete sobre los inmigrantes han sido tachadas de xenófobas. ¿Las comparte? --Mire, no nos vamos a distraer de lo esencial de este debate, que es la necesidad de poner orden, legalidad e integración en este fenómeno. Ahora mismo España es el país de Europa donde resulta más fácil entrar de manera ilegal y más complicado hacerlo de manera legal. Todo el mundo sabe que hemos puesto en el debate público una cuestión esencial. Debatamos en serio sobre ella, pero ni con chascarrillos fáciles, ni con descalificaciones demagógicas.

--La nota episcopal sobre las elecciones del 9-M ha agudizado el conflicto entre la Iglesia y el Gobierno. ¿Los obispos deben bajar del púlpito a la arena política? --Los obispos y la Iglesia tienen derecho a exponer sus posiciones. A partir de ahí, los partidos tienen sus posiciones como cualquiera y el Gobierno toma las decisiones que estima oportuno y conveniente. Por tanto, debería preguntar usted a Zapatero. Yo creo en la libertad, y esa es una polémica de Zapatero de la que no tengo nada que decir.

--Los reproches al Gobierno de la Iglesia y de su cadena radiofónica coinciden punto por punto con los que formula el PP, y usted se ha manifestado junto a los obispos en contra del Ejecutivo. No es extraño que, cuando el episcopado emite una nota como la de la pasada semana, se interprete que la Iglesia hace campaña a favor del Partido Popular. --La junta islámica ha dado su apoyo al PSOE y yo no lo he criticado, porque tiene perfecto derecho a hacerlo. Desde luego, los obispos no han pedido el voto para el PP. En todo caso, desde hace más de un mes el PSOE alimenta artificialmente esa disputa porque cree que eso le puede dar votos. Y si creyera que hablar bien de los obispos se los daba, lo haría. Esto es como la frase de Groucho Marx: "Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros".

--¿A su partido le beneficia o le perjudica la actitud de obispos? --No lo sé. Me preocupo de lo que yo hago, no de lo que hacen los demás.

--El programa de los obispos incluye prohibir el aborto y derogar las bodas gais y el divorcio exprés. ¿Coincide con el suyo? --En algunas cosas coincidimos y en otras no, porque mi programa electoral no es el de los obispos. En el tema de las bodas gais, en el 2004 yo presenté mi propuesta de uniones civiles, que no era la de los obispos y que es la misma que hay en Francia, Alemania y Reino Unido. Ahora he recurrido al Constitucional el nombre, que se le llame matrimonio, y esperaré a que el tribunal se pronuncie. En todo caso, mantendré el contenido de derechos y deberes.

--Su candidata en Barcelona, Dolors Nadal, anunció recientemente que si el PP gobierna derogará la ley de matrimonios homosexuales. ¿No será así? --Esperaré al fallo del Constitucional y respetaré los derechos que se reconozca a las personas homosexuales, aunque discrepo del de adopción. Me comprometo a eso, no a que esas uniones no se llamen matrimonios.

--¿Y en cuanto al aborto? --Sobre el aborto mi posición es dejar la ley como está, pero garantizando que se cumpla.

--¿Cómo? --Pues se garantiza la correcta aplicación de la ley mediante las inspecciones que corresponden a las autonomías. Porque nos hemos enterado de lo ocurrido en Barcelona por un documental de la BBC y otro de la televisión de Dinamarca. Eso es muy triste y muy significativo.

--La pugna con los obispos se ha agravado al condenar estos la negociación con ETA. Por cierto, hace siete años alguien dijo lo siguiente: "La gran mayoría de los católicos no entienden la negativa de la Conferencia Episcopal a suscribir el pacto antiterrorista. Aquí no caben ambigüedades ni medias tintas". ¿Se reconoce en esta frase? --Eso, ¿quién lo ha dicho?

--Usted mismo, en el 2001. --¿Y qué dije?

--Reprochaba a los obispos que no hubiesen firmado el pacto anti-ETA. Entonces sí era legítimo que el Gobierno criticase al episcopado... --Si eso lo dije yo, demuestra mi independencia de criterio. Gracias por recordármelo.

Pasa a la página siguiente