Hay casi una veintena de convenios que afectan a entre 20.000 y 25.000 trabajadores que podrán ser los primeros bajo el paraguas del nuevo acuerdo marco alcanzado entre patronal y sindicatos para la negociación colectiva. El pasado jueves se estampó la firma que sella el pacto y desde entonces patronal (CEOE y CEPYME) y sindicatos (UGT y CCOO) están obligadas a seguir las directrices consensuadas en el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) para el periodo 2018-2020. No es una obligación real, sino más bien de un compromiso a seguir los criterios que marca cada vez que se sienten a la mesa para negociar un convenio colectivo: una subida de los sueldos «en el entorno del 2%» más una parte variable que puede llegar al 1%», según el texto pactado. El acuerdo «insta» a establecer un salario mínimo de convenio de 14.000 euros anuales (1.000 al mes) de forma gradual, durante los tres años de vigencia, hasta 2020.

Con esas reglas tendrán que negociarse los convenios que agotan su vigencia en los tres próximos años. Son la mayoría de los más de 200 que hay en la región (4 autonómicos, 32 provinciales y 180 de empresas). En los seis primeros meses del año únicamente se han negociado y aprobado en Extremadura 18 convenios, que afectan a unos 18.000 trabajadores.

Muchos se han dejado a la espera de un nuevo marco más favorable. También se han alcanzado acuerdos en sectores como el de la construcción de la provincia de Cáceres (25.000 trabajadores), para incrementar los salarios al margen del convenio (estaban por debajo), por lo que, aunque tocaría iniciar una negociación colectiva (caducó en 2011), lo normal es que ya no se acometa hasta el próximo año la mejora, aunque se podría abrir la negociación antes. En cuanto a los convenios que por el momento se queden al margen del pacto estatal por su vigencia, lo normal es que puedan mejorarse con una nueva negociación bajo estos criterios antes del 2020.

Mientras tanto, hasta finales del 2018 quedan otros 17 convenios sectoriales por abordar en la región (regionales, provinciales y de empresa) y en ellos están unos 25.000 trabajadores según los cálculos de UGT y de CCOO. Todos estos convenios tendrán que mirarse ya en el marco del nuevo acuerdo, independientemente de que la negociación se acabe emprendiendo o no este año, y de que esta se acometa y se resuelva de forma inmediata o se dilate. Entre ellos están los convenios del sector de transporte de viajeros por carretera, el de mercancías, el transporte sanitario, el de la panadería o el vinícola (uno de los cuatro regionales que hay, con más de 2.000 empleados) y también el de los trabajadores de la Central Nuclear de Almaraz, un convenio de empresa que tiene un peso importante por el número de empleos que dependen de él.

rompe el techo del 2%/ Para los sindicatos, el principal logro radica en el hecho de que el nuevo acuerdo fija ya un sueldo mínimo de 1.000 euros al final de su vigencia (en el horizonte de 2020) y rompe con los incrementos salariales de «hasta» el 1,8%. Así quedó establecido en el anterior, lo que en la práctica suponía que los convenios se acababan quedando muy lejos de ese techo, mientras que ahora los incrementos estarán «en torno» al 2%, lo que a juicio de los dos sindicatos implica que las subidas tendrán que fluctuar alrededor de esa cifra. Un ejemplo, el convenio para el sector de la limpieza de edificios y locales de Badajoz, que representa a 6.000 trabajadores, y se firmó el pasado mes de abril: lo que se pactó entonces fue un incremento del 0,6% para este año; para el 2019, el 1%; y para el 2020, el 2%, por lo que estaría por debajo de lo que establece el nuevo acuerdo a nivel nacional.

«Se ha conseguido un acuerdo, y eso es bueno, porque en el último año hemos estado negociando sin ese marco, precisamente porque ni a la patronal ni a los sindicatos nos gustaba ese «hasta el 1,8%», explica Teodoro Casares, secretario de Formación y Empleo de UGT. Yendo al detalle, para Casares la parte salarial es la más importante aunque el AENC incluye también otro tipo de puntos relevantes a su juicio, como la formación de los trabajadores, que se deberá implementar. «El sistema de formación quedó destrozado con la reforma laboral. No se hace por parte de los sindicatos como se hacía hasta ese momento, pero tampoco la hace nadie, y es una formación que los asalariados pagan con su nómina y que no están recibiendo porque ese dinero se emplea en otro tipo de planes que están destinados a la formación de los trabajadores en sí», indica sobre otro de los elementos del acuerdo.

Recuerda, eso sí, que no deja de ser algo «orientativo» y el el AENC no es de obligado cumplimiento. Pero valora que al menos supone que en el momento en el que se plantee la negociación de un convenio concreto, se puedan reclamar esas directrices, aunque en el transcurso de la negociación se obvien en favor de otro tipo de compensaciones aceptadas por ambas partes, por ejemplo sobre vacaciones. «Es importante la referencia, porque en el momento en el que se sienten a negociar, los empresarios no pueden plantear una subida alejada de ese 1,8% o 2%», razona Casares.

«El acuerdo (AENC) es bueno, sobre todo para Extremadura porque hay que recordar que la reforma laboral, que ha sido una sangría para toda España, lo ha sido más para Extremadura porque es donde más derechos se han perdido, donde hay salarios más bajos, mayor brecha salarial y peores condiciones laborales en general, porque dependemos mucho del sector primario», explica por su parte Alberto Franco, secretario de Acción Sindical de CCOO. De hecho, junto a la subida salarial y el suelo de 1.000 euros para todos los salarios en 2020, Franco añade una reivindicación más a todas las negociaciones que emprenda el sindicato, en cuanto a la cláusula de garantía salarial: «las cláusulas de garantía salarial han pasado de cubrir al a más del 90% de los trabajadores afectados por convenios de sector en el año 2008 a menos de la mitad ahora, lo que supone que en muchos casos los incrementos están yendo por debajo del aumento del IPC y no e actualizan», razona. Para CCOO la cláusula debe estar incluida de nuevo.

esfuerzo empresarial/ Por su parte desde la Confederación de Empresarios de Extremadura (Creex) valoran el acuerdo como positivo a la hora de trasladar «estabilidad, paz social y entendimiento que existe y que se debe mantener, «como la única forma de generar empleo, que es lo que necesitamos en Extremadura», dice Francisco Javier Peinado. Aunque defiende que los convenios se han venido firmando hasta ahora «concierta normalidad», reconoce que el nuevo marco, si bien va a suponer un mayor esfuerzo para las empresas, permitirá también que el poder adquisitivo se pueda ir incrementando, aunque apela a que sea sin excesos.

«Mejorar el consumo interno es importante, pero no podemos perder de vista que vivimos en un mercado globalizado donde la competitividad es fundamental», añade. Aún así la existencia de este acuerdo evita que se ponga en riesgo la estabilidad y la sostenibilidad del tejido productivo, y la posibilidad de captar nuevas inversiones y empresas para la región.

Peinado destaca además la flexibilidad que encierra el acuerdo: porque habla de un incremento del entorno del 2%, con lo cual no obliga a que sea esa cifra, y del mismo modo el incremento del salario mínimo a los 14.000 euros anuales no tiene que ser de forma inmediata sino que puede ser gradual hasta el 2020. «Y debe ser acorde a la situación de cada empresa y de cada sector, porque si no, lo que podría ser algo legítimo y de sentido común, se puede volver en contra si se convierte en un lastre para seguir con un crecimiento económico vital para crear puestos de trabajo», subraya Peinado.