Más de 300 personas dieron hoy su último adiós en Montijo (Badajoz) a Matilde Agreda, de 82 años, presuntamente asesinada ayer por su marido, Juan Gil Delgado, de 85 años, con quien se había casado el pasado día 14 en la residencia geriátrica Nuestra Señora de La Piedad de Almendralejo.

La muerte de Matilde Agreda tuvo lugar en la madrugada de ayer, en la habitación que el matrimonio compartía en el geriátrico, cuando el hombre presuntamente le asestó varias puñaladas con un cuchillo supuestamente a causa de los celos.

El funeral de Matilde tuvo lugar en la Iglesia de San Pedro Apóstol, de Montijo, localidad de donde era natural y donde el párroco, Andrés Romero Sánchez, alertó en su homilía sobre el incremento de la violencia doméstica.

Al sepelio asistieron la alcaldesa de Montijo, Mercedes Molina, y la directora del Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEX), María Josefa Caraballo, quienes expresaron su repulsa e indignación por esta muerte y recordaron que ya son cuatro las mujeres asesinadas por sus parejas en lo que va de año en España.

La directora del IMEX abogó por la elaboración de una ley integral contra la violencia de género para terminar con esta lacra y dijo que aunque se ha avanzado mucho con respecto a la concienciación de la sociedad, es esencial abordar el problema desde todas las áreas.

Según Caraballo, el Instituto de la Mujer de Extremadura se ha puesto en contacto con la familia de la víctima para facilitarles la ayuda de psicólogos, al igual que se ha hecho con los mayores de la residencia donde tuvo lugar el asesinato.

Con respecto a la posible denuncia de la familia contra la Residencia Geriátrica de Almendralejo, por la supuesta carencia de control de los residentes, la directora del IMEX afirmó que en cuanto se esclarezcan los hechos, la Junta de Extremadura que gestiona el centro, procederá "como tenga que hacerlo".

Destacó, no obstante, que lo que está claro es que "aquí sólo hay un responsable, que es el presunto asesino".

En el mismo sentido, el director de la Residencia, Mario García, que también asistió al sepelio junto a los componentes de la Junta de Gobierno del centro, calificó el hecho de "incidente desafortunado" que ha alterado a todos, porque era impensable, dijo, que esto llegara a ocurrir, ya que "ellos demostraban quererse mucho".

García explicó que el presunto asesino vivía desde hacía unos dos años en la residencia, donde ingresó viudo y donde hace unos ocho o diez meses conoció a otra residente con la que mantuvo una relación de convivencia mutua durante unos meses hasta que ésta falleció de muerte natural.

Posteriormente, llegó Matilde Agreda a la residencia hace unos cuatro meses e iniciaron una relación de amistad que terminó en boda el pasado día 14.

En ese sentido, explicó que la residencia es un centro abierto las 24 horas del día, lo que hace imposible que pueda controlarse que cualquier persona acceda a su interior con un objeto punzante.

Por su parte, la nieta de la anciana asesinada, María Dolores Trejo, calificó la muerte de su abuela de "puñalada cruel para toda la familia" y afirmó que de "este hombre sólo sabemos que es la tercera mujer que entierra y estamos dispuestos de seguir hasta el fondo y exigir responsabilidades a quien haya que exigirlas".