"Pondremos en funcionamiento el AVE en 2010". En esta frase de la página 32 del programa electoral del PSOE de Extremadura --con Guillermo Fernández Vara como cabeza de lista-- concurrió a las pasadas elecciones, la oposición ha encontrado un claro argumento de crítica. En el año en el que debería estar en funcionamiento, la línea ferroviaria de alta velocidad Madrid-Badajoz, que Portugal se ha comprometido a unir con Lisboa, no está ni cerca de arrancar.

En la Cumbre Hispanolusa de Zamora del año pasado, los presidentes de España y Portugal, José Luis Rodríguez Zapatero y José Socrates, actualizaron su compromiso con esta infraestructura retrasando la fecha prevista para su entrada en funcionamiento del 2010 (que acordaron en el 2003 en Figueira de Foz los entonces presidentes José María Aznar y Jose Manuel Durao Barroso) al 2013, como ya venía anticipando el país vecino. Un nuevo plazo que, sin embargo, tampoco se cumplirá, como se deduce de la previsión de los presupuestos para este año, que ya incluyen el 2014 como fecha de finalización.

Dichas cuentas reducían a menos la mitad los fondos reservados para esta infraestructura (323 frente a los 807 previstos para este año 2010 en los presupuestos del 2009), lo que ha corregido José Blanco tras su llegada --en abril del año pasado-- al Ministerio de Fomento, que ha supuesto un impulso extremeño para el AVE Madrid-Lisboa. Este destaca los más de 450 millones invertidos en el último año y ha incluido el proyecto en el Plan Extraordinario de Infraestructuras, con financiación de la colaboración público-privada y de la UE, lo que, a juicio de Vara, evitará un nuevo retraso del proyecto, que el PP extremeño da por hecho, pese a que Blanco haya asegurado lo contrario a Portugal.

Riesgo de parón electoral

Otro escollo que, indirectamente, podría perjudicar al proyecto y que este pasó en septiembre fueron las dudas sobre el mismo en Portugal. De cara a los comicios de ese mes, la derecha lusa anunció que paralizaría esta infraestructura si llegaba al poder, por considerarla inviable en medio de la crisis. La victoria del socialista Sócrates frustró este parón y, poco después, el Ejecutivo luso anunció la adjudicación del primer tramo de esta infraestructura, si bien en los últimos tiempos ha admitido que el tercer puente sobre el río Tajo (que forma parte del trazado) puede retrasarse por la crisis.

El mismo motivo ha aplazado el Plan de Infraestructuras Viarias de la Junta, presentado en junio del 2008 y que hace poco ha pasado el trámite ambiental. Así lo reconoció el consejero de Fomento, José Luis Quintana, el mes pasado en la Asamblea, confirmando lo que ya había anunciado en octubre su homólogo en Administración Pública y Hacienda, Angel Franco, al presentar las cuentas del 2010.

En las mismas, de hecho, solo se incluyen las obras de la autovía Ex-A1 Plasencia-Límite con la Frontera de Portugal, renunciando, de momento, a la construcción de otras seis carreteras de este tipo (entre ellas, la Zafra-Jerez o la Cáceres-Badajoz), incluidas en el citado plan. El Gobierno extremeño insiste, no obstante, en que no se descarta ningún proyecto, sino que se aplazan por las actuales circunstancias económicas, y la Consejería de Fomento añade que el plan cuenta con 176 actuaciones, de las 46 están en marcha y algunas de ellas ya finalizadas.