La comunidad china recurre generalmente a sus compatriotas como empleados en las tiendas pero también para otros trabajos como las reformas de sus locales. Sin embargo, ya no es raro ver en algunos de estos negocios a trabajadores españoles. Uno de ellos cuenta que las jornadas de trabajo llegan a superar las diez horas diarias --los festivos, por supuesto, no se libra-- a cambio de salarios que pueden rondar los 600 euros. "No hay otra cosa y te tienes que aguantar", dice.

La responsable de una ONG extremeña asegura que en ocasiones también se les ha llegado a pedir el contacto de otros inmigrantes --marroquís o sudamericanos-- para trabajar en las naves mayoristas. Eso sí, "con la condición de que sean legales pero diciéndote que no les van a dar de alta".