"No me digan adiós, porque siempre estoy volviendo". Citando este tango finalizó ayer Juan Carlos Rodríguez Ibarra el que, según aseguró al inicio, fue su discurso "más difícil". Y eso que ha pronunciado más de 3.500 -según sus propias cuentas-- en su larga trayectoria política, durante la cual ha desempeñado, entre otros cargos, la presidencia de la Junta (24 años) o la secretaría general del PSOE de Extremadura, que ha ocupado desde 1988, cuando se creó, hasta ayer.

Aunque aseguró que no había sido capaz de prepararla, su intervención para dar cuentas de la gestión de su comisión ejecutiva en los últimos cuatro años se prolongó durante más de una hora. Pero en vez de hacer balance, Ibarra quiso hablar de futuro "para no perder el tiempo" recordando "lo bueno que era" el que se va, sino trabajando para crear un "proyecto de futuro ilusionante".

Sin embargo, gran parte de los discursos que abrieron el décimo Congreso Regional del PSOE de Extremadura estuvo dedicada a halagar al secretario saliente. Asimismo, este se llevó las mayores ovaciones --aunque los aplausos, como suele ocurrir en estos casos-- fueron una constante que también acompañaron la llegada de Vara, varios guiños de Leire Pajín o el saludo de Eduardo Madina, el diputado socialista que sufrió un atentado de ETA en el 2002.

Foro de anécdotas

Otra constante en el primer día del foro socialista fue la referencia a diversas anécdotas, siendo la más celebrada aquella en la que una "viejecita" lanzaba vivas al "gobernador" en la primera aventura electoral de Ibarra en la región, allá por 1982. Todos los intervinientes --desde el secretario de Organización del PSOE extremeño, Ramón Ropero, a su homóloga nacional, Leire Pajín, pasando por el presidente de la Confederación Extremeña de Empresarios, Pedro Castro, y los sindicalistas Julián Carretero y Miguel Bernal-- tuvieron palabras de admiración para el exsecretario general de los socialistas de la región. "Si hay un compañero al que quiero, del que he aprendido, con el que he discutido, pero sobre todo al que admiro, ese es Juan Carlos Rodríguez Ibarra", proclamó Pajín, que le consideró "patrimonio de todos los socialistas".

Ya por la tarde, un sólido abrazo (uno más) entre Ibarra y Guillermo Fernández Vara, quien ya le sustituye al frente del PSOE extremeño escenificó el "ejemplar" relevo que en los dos últimos años se ha producido en el seno del partido que gobierna en la región. Este es el mayor orgullo de los socialistas de Extremadura, como repitieron en varias ocasiones los ponentes y comentaban los militantes, que se sienten una referencia en este tipo de transiciones. Pero, además, Ibarra avisa: "He asumido el papel de Pepito Grillo que algunos me atribuyen" y su derecho a opinar no se lo quita nadie.