Trabajaba en la construcción pero en el año 2006 se quedó en paro. Desde entonces no ha encontrado ningún empleo, aunque no deja de luchar cada día para obtenerlo, eso sí, el que persigue desde entonces es sobre todo estable. El cacereño Miguel Merino de 45 años tiene ya experiencia en esto de opositar. "Me he presentado a todos los exámenes que pude de la convocatoria de la Junta de Extremadura del 2006 y lo mismo con los del 2009, además de a otros puestos públicos del ayuntamiento". Del resultado de las pruebas por las que ya ha pasado en estos años no ha salido una plaza fija, pero "al menos estoy en lista en algunos puestos", dice.

Ayer probaba suerte como auxiliar administrativo y en julio lo hará en las pruebas de subalterno. Espera que sus esfuerzos den resultado, al menos tiene claro que no desistirá en su empeño. "Estudio día y noche pero hay gente joven muy preparada y muy pocas posibilidades", apunta. "No pararé hasta ser funcionario, es un objetivo marcado y al que me dedico exclusivamente".

Se prepara por su cuenta, porque sin un trabajo "no puedo permitirme el lujo de pagar una academia. Yo cobro el subsidio de los 45 años y mi mujer también tiene una prestación. Además tengo cuatro hijos y hasta nietos, por lo que hay que buscarse la vida", dice antes de comenzar un examen que podría cambiar su suerte. "Es complicado, hay mucha gente y pocas plazas, pero seguiré".