La píldora del ´día después´ es un tratamiento hormonal que puede administrarse tras una relación con riesgo de embarazo con el objetivo de prevenir un embarazo accidental. Por eso es más correcto denominarla "anticoncepción postcoital" o "anticoncepción de emergencia", puesto que el plazo de tiempo para administrarla es de 72 horas (3 días). De hecho, no sirve para interrumpir un embarazo y por ello no es un método abortivo.

No se trata de un método anticonceptivo para uso habitual, sino que es para "emergencias". La directora del centro de planificación de Mérida destaca que "es una emergencia pero no una urgencia", por lo que "no es necesario ir de madrugada".

En la actualidad hay dos fármacos comercializados con este fin, Norlevo y Postinor, ambos disponibles únicamente con prescripción médica. Los dos contienen dos comprimidos con 0,75 miligramos de levonorgestrel que deben administrarse en las primeras 72 horas.

Antes de prescribirla, en el centro sanitario se le realiza a la paciente una breve historia clínica para valorar el riesgo real de embarazo, asegurarse de que el tratamiento está indicado y confirmar que no existe un embarazo ya instaurado.

La eficacia de este tratamiento es de un 95% en las primeras 24 horas, pero va disminuyendo hasta las 72 horas.

La media de edad de las usuarias está entre los 19 y los 20 años, y más del 80% de las pacientes tienen menos de 25 años. El 65% de las mujeres que acuden a solicitar estas pastillas lo hacen sin su pareja, aunque esta tasa parece que se está reduciendo. Los días en los que se produce una mayor demanda son los lunes, y los meses con más ´gasto´ son los de julio y agosto.