En la determinación de la calidad de las aguas de baño se toman parámetros químicos y biológicos. Entre los primeros se encuentra el equilibrio ácido-básico del agua (nivel de pH), y el oxígeno disuelto en el agua. En el segundo se toma la presencia de microorganismos que pudiesen señalar la presencia de contaminación por aguas residuales de origen, sobre todo, doméstico, como los coliformes totales, los coliformes fecales y los estreptococos fecales.

En ambos casos, la contaminación está directamente relacionada con la dotación o no de depuradoras de aguas residuales de las poblaciones, puesto que la contaminación biológica es consecuencia del vertido directo de aguas residuales en los cauces. En cuanto a la polución química, y en términos generales, también se debe al mismo problema, ya que el descenso de los niveles de oxígeno se atribuye a una consecuencia indirecta de la contaminación por materia orgánica.

El agua no apta para el baño puede acarrear problemas digestivos y enfermedades de la piel.