Los servicios de Infancia de la Comunidad de Castilla y León decidieron ayer el ingreso de los tres pequeños que fueron sacados por la fuerza del Julián Murillo a un centro de acogida de Avila, que gestiona una ONG, ya que a la residencia pública de Castilla y León no pudieron acudir puesto que este organismo trabaja con niños de más edad.

Cuando fueron localizados por la policía abulense estaban un poco asustados y, sobre todo muy cansados. Tanto es así que nada más llegar al centro cayeron dormidos de puro agotamiento. Los chavales, que están bajo la tutela de la Junta de Extremadura, regresarán hoy al Julián Murillo, según pudo confirmar ayer EL PERIODICO EXTREMADURA. La intención es que a primera hora de la mañana salga un coche oficial del gobierno regional con dos educadores, que se traerán a los niños. El centro ya ha dispuesto tres sillas homologadas para que realicen el viaje cómodamente.

La preocupación del centro es el estado de salud en que puedan encontrarse los niños, especialmente la más pequeña, que sólo tiene 10 meses y que todavía precisa de cuidados más especiales que sus hermanos.

Este diario ha sabido que el mayor de los niños llegó desconfiado al centro cacereño. A la mínima alzaba la mano, huía de los cuidadores y era introvertido. Su paso por el Julián Murillo le transformó para bien.