Utilizando un símil futbolístico, todo auguraba un encuentro aburrido, abocado al empate. El PSOE, poco iba a exponer, con la eliminatoria resuelta. El PP, mermado en su moral y, además, sin su capitán Floriano, que no iba ni convocado (¿lesión de última hora o decisión técnica? nadie lo explicó), también apostaría, en principio, por la igualada como mal menor. En las gradas se palpaba el ambiente frío y desangelado.

Con todo, salió con ganas la promesa de la cantera popular, Javier Casado, que parecía dispuesto que se notase lo menos posible la ausencia del capitán .

En esto, se apreció movimiento en el banquillo socialista, que había reservado sus mejores jugadores, y, sorpresivamente, saltó al campo el galáctico (con perdón, presidente) Ibarra, para romper el tedio que empezaba a hacer mella en la afición. En su primera intervención, dejó claras sus intenciones, y, con sendas jugadas personales, coló dos goles: el primero, su presencia en el terreno; el segundo, su propuesta.

El respetable se sacudió la modorra y empezó a seguir el juego con expectación pero... aquí se acabó todo.

En vez de aceptar el envite de abrir el partido y lanzarse al ataque, Casado, en su doble faceta de jugador-entrenador, se transmutó en el mister deportivista Irureta de sus tardes más ramplonas, y pidió el cambio. Ahí se trabó el partido, porque a la promesa le faltó empaque, hurtó el cuerpo, le pudo el miedo escénico y, poco confiado de sus posibilidades, temió la goleada. Ahí demostró Casado que aún no está para jugar en Primera, y quizá no lo esté nunca.

Enfiló la ducha y dio entrada, para amarrar, a un marrullero Tamayo-Alfaro, que cambió la filigrana por la bronca, el juego al toque por el pasa el balón, pero no el jugador , el pase al hueco por el patadón y tentetieso, y el espectáculo se enfangó.

Visto lo visto, el PSOE se dedicó a mover el balón atrás con suficiencia y a esquivar las tarascadas tobilleras. Los aficionados, que, al menos, no pagaron entrada, se fueron con la amarga decepción de lo que pudo haber sido y no fue.