Los Príncipes de Asturias recibieron anoche el calor de más de un millar de personas en su llegada a Guadalupe, donde presidirán hasta el sábado un seminario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas sobre las humanidades y el patrimonio cultural. A pesar del frío, los habitantes de la comarca cacereña transmitieron su cariño a Don Felipe y su esposa doña Letizia Ortiz en el primer viaje que realizan juntos a Extremadura y que coincide con el vigesimosexto aniversario de la primera visita del heredero de la Corona a esta misma zona en 1978.

A pesar de tratarse de una visita de carácter privado, la expectación se desbordó cuando ambos llegaron con suma puntualidad en coche a las 19.30 horas a la plaza del monasterio. Allí les esperaban el presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra; la delegada del Gobierno, Carmen Pereira; el alcalde de Guadalupe, Modesto Rubio; el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Carlos Martínez Alonso; el prior del monasterio, Fray Guillermo Cerrato; y Luis Millán Vázquez, consejero de Educación. Ibarra fue el primero en saludar a los Príncipes de Asturias.

A continuación, la comitiva se dirigió al interior de la basílica en la que don Felipe y doña Letizia asistieron al tradicional canto de la Salve a la patrona de Extremadura y a un concierto de piano y violín a cargo de los hermanos Ortiz. En este acto, el público tuvo la oportunidad de mezclarse con las autoridades que ocuparon los primeros bancos del templo que, en pocos minutos, quedó al completo. La estancia de don Felipe y su esposa se prolongó durante algo más de media hora tras lo que volvieron a mezclarse con los ciudadanos que les esperaban ansiosos a la salida. Fueron los momentos de mayor trabajo para los servicios de seguridad y que coincidió con la presencia de mayor cantidad de público en la plaza. Don Felipe y doña Letizia fueron saludando y acercándose a todos los que les reclamaban, especialmente el heredero que se detuvo, junto a su esposa, a departir con los periodistas que cubrían la visita. La jornada de bienvenida incluyó después un recorrido por el interior del monasterio, donde permanecieron por espacio de una hora hasta que a las nueve se desplazaron, de nuevo a pie, hacia el parador nacional para asistir a la cena ofrecida por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Por su parte, el prior del monasterio explicó que tratará de que "la visita no sólo sea de carácter privado y laboral sino también oficial a la región". Preguntado por si iba a hacer alguna petición a los Príncipes, respondió claramente: "Saben que tienen aquí su casa y nosotros buena acogida en la Casa Real".