Los feroces combates que desde el lunes libran las fuerzas anglo-norteamericanas y la Guardia Republicana al sur de Bagdad han provocado la peor masacre de civiles desde el comienzo de la guerra. Cuarenta y ocho personas murieron ayer en las localidades de Hilla y Haidariya, a unos 80 kilómetros de la capital iraquí, en dos acciones en las cuales los errores del aparato militar aliado han vuelto a tener resultados catastróficos.

De acuerdo con Murtada Abas, director del hospital de Hilla, 33 civiles --entre ellos varios niños-- murieron por la mañana cuando una bomba cayó en el barrio residencial de Nader, en la periferia sur de la ciudad. Según pudo constatar un periodista de la agencia France Presse, en las camas del centro hospitalario yacían numerosos niños heridos, mientras que en el lugar de la explosión, siempre según el corresponsal, se podían ver lo que parecían los restos de una bomba de fragmentación, uno de los proyectiles más mortíferos del arsenal de Estados Unidos.

CONFIRMACION DE CRUZ ROJA

Un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se desplazó hasta el lugar y confirmó la terrible masacre. El portavoz del CICR en Bagdad, Roland Huguenin, explicó que "lo que nuestro equipo ha visto allí es horroroso. Hay decenas de cuerpos destrozados y 450 heridos". "Nos preguntamos --añadió-- qué tipo de armas han sido empleadas en estos bombardeos".

El portavoz, además, confirmó que todos los fallecidos son civiles. "Se trata de mujeres y niños. Todos son civiles, agricultores y sus familias que se encontraban en el campo o en sus casas" a la hora del ataque.

HUYENDO DE NASIRIYA

En la localidad de Haidariya, muy cerca de allí, un helicóptero de combate Apache de Estados Unidos disparó un misil contra la camioneta en la cual 16 integrantes de una misma familia habían huido de Nasiriya y se dirigían hacia el norte. El único sobreviviente, Razek al Kazem, explicó que en el ataque aliado había perdido a su mujer, sus seis hijos, su padre, su madre, sus tres hermanos y sus tres cuñadas. "¿Sobre cuál de ellos debo llorar?", preguntaba, desesperado, mirando los féretros de las 15 víctimas.

En Washington, el presidente de Estados Unidos, George Bush, manifestó que lamentaba la muerte de civiles, pero le restó responsabilidad a su Ejército y se la achacó a Bagdad. "El presidente lamenta la pérdida de vidas inocentes, pero sabe que la mayor parte de los que han muerto en esta guerra han sido asesinados por Sadam Husein y sus esbirros", declaró el portavoz presidencial, Ari Fleisher.