En torno a la mitad de los reductores de velocidad, tanto pasos de peatones sobreelevados como elementos prefabricados, están aún pendientes de homologar. Es la estimación que hace a nivel nacional Automovilistas Europeos Asociados (AEA) pero que dan por buena para la región tanto las autoescuelas extremeñas como la Federación de Municipios y Provincias de Extremadura (Fempex). Los ayuntamientos de Cáceres, Plasencia, Mérida y Badajoz, aseguran, sin embargo, que casi todos los resaltos instalados en sus calles están ya adaptados.

El Ministerio de Fomento promulgó en el 2008 una orden para regular estos badenes en la que establecía los criterios que debían cumplir en su altura, longitud, señalización o iluminación. A esta normativa le siguió, al año siguiente, otra de la Junta de Extremadura, con unos requisitos muy similares. En principio, el ámbito de aplicación de cada una de ellas es el de sus respectivas redes de carreteras y en ambas se da un periodo para adaptarse, que es de dos años en el caso estatal (plazo que acabó el pasado 31 de octubre), y de tres en el regional. Los de nueva construcción ya debían cumplir los requisitos a partir de su entrada en vigor.

"La normativa de Fomento afecta solo a las carreteras del Estado, no a tramos urbanos de propiedad municipal", sostiene Ramón Díaz Farías, presidente de la Fempex, que apunta que desde la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp) se está preparando una ordenanza tipo para cubir este "vacío legal". El documento "ya está en el gabinete jurídico y se espera que esté aprobada antes de que acabe el año".

En su opinión, la cifra de un 50% de badenes sin homologar es "razonable", a pesar de que con cargo a los planes E "algunos de estos resaltos se han cambiado, aplicando la normativa estatal". Díaz Farías señala que el número de reclamaciones por desperfectos causados en los vehículos por estos elementos ha ido en aumento: "Están empezando a proliferar. Ya es raro el sitio donde no hay coches de tuning , que son bajos y no pueden pasar por estos badenes", arguye.

Mario Arnaldo, presidente de AEA, no está de acuerdo con que la norma de Fomento incumba solo a las carreteras estatales. "Muchos ayuntamientos piensan que no les afecta pero el Reglamento General de Circulación, que es de aplicación en todo el Estado, recoge en su artículo 5 que no se considerarán obstáculos en la calzada los resaltos siempre que cumplan la regulación básica establecida al efecto por el Ministerio de Fomento".

De esta forma, también quedarían comprendidas las vías gestionadas por las administraciones autonómicas, diputaciones o ayuntamientos. Y sobre la proliferación de normas, lo tiene claro: "Por encima de cualquiera de ellas está la regulación del Estado, que es la competente y la que decide qué es un obstáculo en la carretera", recalca. El presidente de AEA añade que antes del 2008 existía una situación de "alegalidad" en la que solo eran posibles las reclamaciones patrimoniales (por un daño en un amortiguador o en el carter, por ejemplo). Ahora, una vez cumplido el plazo de dos años establecido por la orden, los elementos no adaptados a ella serían "ilegales" por lo que, además de indemnizaciones materiales, se podría ir por lo penal contra "el alcalde o concejal delegado" si se produjese un accidente con daños físicos en uno de estos reductores no adaptados.

"UN REINO DE TAIFAS" "España, en materia de seguridad vial, es un reino de taifas", lamenta el presidente de AEA, que aconseja que si se tiene un percance en uno de estos elementos, "no se abandone el lugar sin recabar las pruebas: fotografías, testigos,...." que ayuden a la hora de reclamar una indemnización.

"Se están poniendo las pilas, pero la cosa va más lenta de lo que esperábamos", indica Francisco García, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Cáceres, que calcula que los pasos que cumplen con todos los requisitos son en torno al 50% de los que hay en la provincia. Sitúa el mayor grado de incumplimiento de la orden en las poblaciones de menor tamaño, sobre todo en aspectos como el color (solo pueden pintarse bandas blancas) y la altura de los pasos y en el tamaño de las avispas (bandas prefabricadas de color negro y amarillo). Por contra, con la señalización y con las bandas transversales de alerta --dispositivos de muy poca altura que transmiten una señal tanto acústica como vibratoria--, apenas si hay problemas.

En esta misma línea, Emilia