El incremento del gasto sanitario se ha convertido en un reto para la mayoría de los países europeos, que abordan reformas de sus sistemas de financiación con fórmulas diversas y variados copagos de los pacientes.

REINO UNIDO

Con un sistema semicentralizado, la sanidad se financia a través de impuestos directos, desde los presupuestos generales. No se paga por consulta y, al comprar los medicamentos, se abona una cantidad fija de seis libras --algo más de nueve euros-- por fármaco recetado, aunque son gratis para menores, estudiantes, mayores de 60 años o mujeres que acaban han dado a luz.

ALEMANIA

La sanidad se financia también a través de los presupuestos generales, con las cuotas que pagan a partes iguales patrones y empleados; es un sistema centralizado, pero la gestión corre a cargo de mutuas, públicas y privadas. Se paga un mínimo del 10% por cada medicamento y desde el año pasado pagan una cuota de diez euros al trimestre.

FRANCIA

Los ingresos de la Seguridad Social provienen de las cotizaciones recibidas de los asegurados y de las empresas, de las cotizaciones de las empresas públicas y de diversos impuestos finalistas. El copago existe para consultas y medicamentos, el enfermo paga un euro por consulta.

ITALIA

El modelo italiano, descentralizado, presenta una financiación mixta: 60% impuestos regionales, 30% estatales y 10% los copagos.

HOLANDA

Se financia a través de impuestos directos, pero se añaden las primas que cada ciudadano debe pagar a una mutua, a la que es obligatorio afiliarse para recibir asistencia.