"Son absolutamente inofensivos e insectívoros, aunque desagradables", dice el SES al referirse a los nuevos inquilinos del Hospital Ciudad de Coria. Uno de sus efectos adversos de estos pequeños es el de la transmisión de enfermedades, en especial la rabia, a los animales domésticos. Muchos tienen poca tolerancia a insecticidas como el DDT, aunque alguna de las más de 20 especies que actualmente existen en España está considerada como amenazada.

Los murciélagos comen una amplia variedad de alimentos, en especial insectos. Algunas variedades son solitarias, pero la mayoría son gregarias, y los grupos pueden variar desde aquellos que constan de un macho con una docena o más hembras, hasta las concentraciones compuestas de muchos miles e incluso millones de individuos.

Son nocturnos y durante el día descansan en lugares muy variados, como cuevas, grietas, agujeros de los árboles, follaje, lugares escondidos debajo de las rocas y edificios. Según los expertos es muy frecuente que una misma cueva sirva de cobijo a varias especies diferentes, aunque aún no se ha podido precisar si en el hospital de Coria existen una o varias distintas.

El año pasado aparecieron en la cuarta planta, que se convirtió en su zona de recreo. Varias auxiliares y enfermeras tuvieron que refugiarse en una habitación tras descubrir que habían accedido al interior del edificio y revoloteaban por los pasillos. Ahora han vuelto, y aunque el SES sostiene que "no hay quejas de usuarios", lo cierto es que las hay. Un joven, por ejemplo, manifestó hace tan solo unos días su malestar al equipo médico de Maternidad tras descubrir un murciélago muy cerca del paritorio en el que su mujer iba a dar a luz.

"Se han adoptado muchas medidas y si vemos que los resultados no son óptimos se adoptarán otras", insiste el gerente del Area de Salud.