La telefonía móvil se ha instaurado definitivamente en los hogares de la región y ha desbancado ya a los teléfonos fijos. Solo en los dos últimos años, las viviendas extremeñas tienen 40.000 móviles más, mientras que hay 46.000 fijos menos. Estos datos están recogidos en la última encuesta del uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en los hogares --publicada ayer por el INE--, en la que además se señala que solo una de cada cuatro viviendas dispone de internet --a la cola del país-- y destaca que 40.200 niños de entre 10 y 14 años (el 66% del total) cuentan con un móvil, nueve puntos por encima de la media nacional.

Esta tendencia es más esclarecedora utilizando los valores absolutos aportados por el INE, y que reflejan que a enero de este año 266.800 hogares extremeños tenían instalado un teléfono fijo, frente a los 312.800 que lo tenían dos años antes. Ese notable descenso coincide con el incremento experimentado por la telefonía móvil, que ha pasado de estar presente en 258.000 viviendas en el 2004, a hacerlo en 298.000 en el 2006.

EL ´BOOM´ Los datos demuestran el boom de la telefonía móvil que vive Extremadura, donde casi nueve de cada diez viviendas ya disponen de un celular. El móvil es, con diferencia, el aparato de las nuevas tecnologías que más se utiliza en la región, y se ha asentado considerablemente entre los más jóvenes. Como ejemplo, en los últimos dos años, el número de menores --de entre 10 y 14 años-- que tienen un móvil se ha incrementado en más de 7.000. Madrileños y extremeños son los jóvenes que más uso hacen de esta tecnología a esas edades. Expertos consultados por este diario señalan que la responsabilidad de estas cifras recae más en los padres --necesitados en estar conectados con sus hijos-- que en los menores que disponen del terminal.

Sin embargo, ese uso creciente de la telefonía móvil no se repite respecto al uso de otras tecnologías. Extremadura sigue estando a la cola del país en la penetración de internet en los hogares. La última encuesta de este tipo pone de manifiesto que 86.000 viviendas tienen internet, pese a que 165.000 disponen de ordenador. Esto supone casi 14.000 hogares más conectados a internet desde el año 2004. Sí se ha incrementado notablemente el uso de banda ancha para conectarse --ha pasado de 23.500 a 60.000 hogares en dos años-- pero un porcentaje (el 17,7%), aún muy por debajo de la media.

Además, se da la circunstancia de que, dentro del escaso uso de internet en las casas, los menores son quienes más lo utilizan. Así, mientras no llegan al 37% los extremeños que dicen haber navegado por la red en los últimos tres meses, un 64% de menores de 14 años aseguran haberlo hecho.

LAS RAZONES Pero, ese escaso interés por conectarse a la red se fundamenta en varias razones. La gran mayoría de los hogares extremeños consultados (el 68%) argumentan falta de interés para instalar internet (consideran que no lo necesitan, no lo quieren o no les resulta útil); mientras que el 36% aseguran que tienen pocos conocimientos para utilizarlo; otro 27% creen demasiado costosa su conexión, y un 24% afirman que no lo tienen porque acceden desde otro lugar a la información que buscan.

Al margen de las cuestiones relativas a Extremadura, los número en España son más positivos que en Extremadura respecto a esta encuesta. Las cifras recogen que el 41,1% de los hogares, 6 millones de familias, tenían acceso a internet en el 2006, mientras que los hogares con ordenador eran el 58,4% (48% en la región).

Las comunidades autónomas con mayor porcentaje de acceso a internet son Madrid (54,3%) y Cataluña (48,1%), mientras que Extremadura es la única que está por debajo del 30%. Por debajo del 40% están además Galicia, Castilla la Mancha, Murcia, Castilla y León, Andalucía y la Comunidad Valenciana.

Otra cuestión relevante es que las compras por internet son cada vez más habituales entre los internautas españoles, sobre todo para adquirir viajes y alojamientos de vacaciones, entradas de espectáculos, libros, revistas y periódico.

Asimismo, los principales temores al comprar por la red son la publicidad engañosa, el retraso en la entrega y la falta de información sobre garantías.