Ha visto las consecuencias de la tragedia del Prestige con sus propios ojos. Elena González, estudiante cacereña de segundo curso de Ciencias Ambientales en Salamanca, fue uno de los cinco universitarios extremeños que el pasado fin de semana realizaron tareas de limpieza en la playa de Malpica, municipio al noroeste de La Coruña, en la Costa da Morte.

Dice que la situación de los vecinos de esta zona es "desesperante" y no olvida la "indignación" que ha visto en sus rostros por la actuación de las autoridades. Afirma que los medios materiales para retirar el fuel fueron escasos y, que debido a ello, "sólo pudimos ir 54 porque no nos permitían más". La colaboración de los voluntarios se canalizó a través de la Asociación de Defensa Ecológica Gallega (Adega).

Elena González recuerda la tarea ingente que supone la limpieza de las playas e insiste en que, a pesar de recoger 39 toneladas en dos días, "el fuel se multiplica y parece que no has hecho nada". Esta tarea tuvieron que hacerla a mano, para lo que les suministraron trajes, guantes, bolsas y mascarillas, aunque, añade, sufrió mareos por el olor del fuel.

CARIÑO Y ANIMO

Explica que no puede borrar de su mente el sufrimiento de los pescadores y vaticina que pasará mucho tiempo hasta que Galicia se recupere de esta tragedia: "El desastre ecológico es bastante abrumador. Visualmente, el espectáculo es lamentable", subraya.

Rocas negras por el fuel; especies muertas y un paisaje que, en opinión de Elena González, en nada se parece al de verano. Recuerda el cariño de los vecinos de Malpica, que les llevaron comida a la playa, y dice que muchos de ellos han perdido "la economía de su vida". Señala que, incluso, estaban dispuestos a echarse al mar si no llegaba ayuda. Critica la "indefensión" en que se encuentran y la "gran impotencia" al observar la zona.

Durante su estancia en Galicia, el grupo de voluntarios durmió en un albergue de Santiago. Ellos mismos se costearon el viaje y la manutención. Tras la vuelta, ya piensan en volver. Lo harán en febrero, con la esperanza de encontrar un lugar menos maltratado por la tragedia. Mientras tanto, asegura, "aquello es peor de lo que vemos en la tele".