Cuatro soldados de EEUU murieron ayer en el centro de Irak al ser alcanzados por unas granadas mientras conducían un jeep al frente de una columna, según un reportero de la cadena británica Sky TV que viajaba con ellos.

"Yo quiero verdaderamente que el presidente Bush mire esta foto. Es mi único hijo", dijo entre lágrimas Michael Waters-Bey, el padre de un sargento fallecido en Irak, que se declaró "de cierta manera contrario a la guerra". Desde el inicio de la guerra, han muerto diez soldados norteamericanos, seis de ellos en los accidentes de helicóptero y otros cuatro caídos en combate (dos el viernes y cuatro ayer).