Con sonoras pero escasas excepciones, gobernantes y ciudadanos de todo el mundo dieron ayer la bienvenida al nuevo presidente de EEUU, Barack Obama, con la esperanza de que su llegada al poder --retransmitida en directo por televisión de punta a cabo del planeta-- se traduzca en una mejora de la situación política y económica mundial.

Así, el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, espera que Obama "abra una perspectiva más multilateral, más optimista y mucho más dinámica para resolver los problemas" de un mundo globalizado, y la Unión Europea (UE) le pidió que considere a Europa "un socio natural" frente a retos como la crisis financiera, Oriente Próximo y el cambio climático. "Un solo país no puede resolver los problemas del mundo. Solo lo conseguiremos trabajando juntos", dijo la cancillera alemana, Angela Merkel. Al nuevo presidente le llovieron las buenas palabras desde buena parte de las capitales del planeta, incluidas plazas complicadas como Pekín, que incluso le tendió la mano para reanudar los lazos militares bilaterales, suspendidos desde octubre por una venta de armas que realizó el antiguo Ejecutivo de Estados Unidos a Taiwán.

En cambio, hubo frialdad oficial en Teherán, donde, además, cientos de personas se manifestaron frente a la antigua embajada de EEUU y quemaron banderas estadounidenses e israelís y fotos del propio Barack Obama. Y también en Caracas, después del reciente rifirrafe dialéctico entre el nuevo ocupante de la Casa Blanca y el presidente venezolano, Hugo Chávez, probablemente el primero de una larga lista. "Seguiremos avanzando independientemente de quién gobierne en Estados Unidos", manifestó ayer Chávez.

CELEBRACIONES POPULARES Mientras, puntos del globo tan distantes y tan distintos como Londres, Kenia y Turbaco (Colombia) recibieron al nuevo presidente de EEUU con celebraciones populares. Asimismo, el país del padre de Obama acogió actos multitudinarios para seguir el acto de investidura.