En las bodas, las cuñadas suelen pactar la indumentaria de antemano para no repetir colores el día del enlace. No fue así durante el cambio de tercio en el Ministerio de Medio Ambiente: Elvira Rodríguez y su sucesora en la plaza, Cristina Narbona, se presentaron ambas de encendido carmesí, quizá porque el asunto del Ebro sigue al rojo vivo. En un metafórico brindis, Narbona celebró el relevo con un "agua para todos".

Festival de tonalidades, como en un anuncio de grandes almacenes. En eso se notó el cambio político y el estreno del Gobierno paritario: las ocho ministras dieron color a la ceremonia del canje de carteras, frente a la rigidez de los ternos masculinos (gris marengo o azul marino, de ahí no salimos).

El color de las mujeres

La mujer que más vistió a la moda fue la nueva titular de Vivienda, María Antonia Trujillo, quien acudió de un naranja chillón que, dicen, marcará tendencias esta temporada. Hubo que colocarse gafas oscuras para no deslumbrarse en el Ministerio de Educación: Pilar del Castillo, la saliente, eligió un fucsia furibundo; su heredera, María Jesús Sansegundo, un pistacho rabioso. Y hubo que hacerle una cartera nueva --de piel negra, con letras grabadas en dorado-- porque el ministerio ha cambiado de denominación. Al agarrar la suya, Carmen Calvo, flamante titular de Cultura, exclamó: "¡Cómo pesa! Está hecha para un hombre".

En el cambio de cromos en Exteriores, Ana Palacio deseó a su heredero "muchísimo tino", a lo que el aludido replicó: "Tú sabes que tino rima con Moratinos", contestó sonriente.