Tener un aire limpio, sin apenas contaminación, no sólo aporta calidad de vida, sino que, en determinados momentos, supone un rentable negocio para Extremadura.

Los datos revelados ayer por los responsables del proyecto Extremasol-1 --la central termosolar de Villanueva de la Serena-- revelan que la comunidad es uno de los mejores emplazamientos de toda España para este tipo de plantas tan en auge, y no sólo por su indiscutible potencial en radiación solar.

Los requisitos

En este sentido, Javier Mateache, director general de Neo Energía, señaló que a la hora de elegir la ubicación de una central termosolar hay tres factores a tener en cuenta además del propio sol: el agua, la existencia de un terreno llano... y un aire que sea lo más puro posible.

Y es que no pueden instalarse estas plantas en zonas con un importante volumen de contaminación ambiental debido a que, a diferencia de lo que ocurre con la energía solar fotovoltaica, es muy importante el ángulo que tenga el rayo de sol al alcanzar los paneles. Y si hay contaminación en el aire el ángulo de entrada no es el adecuado para generar esta energía.

Es decir, que tener el aire limpio también puede ser una fuente de negocio. De hecho, Solar Millenium ha llevado a cabo estudios en toda España y ha concluido que Extremadura y Andalucía son, sin duda, los mejores lugares para estas plantas, junto con Murcia y Castilla-La Mancha, y a la misma conclusión han llegado los expertos en energías renovables de Iberdrola.

En estos momentos la región no tiene prácticamente industrias contaminantes, a excepción de la siderúrgica de Jerez de los Caballeros y la cementera de Alconera, pero a medio plazo están previstas una ampliación de la siderurgia y la instalación de una refinería. Esto, que un experto que colabora con el Ministerio de Medio Ambiente llega a llamar el Efecto Gallardo , puede cambiar la calidad del aire extremeño en unos años.

La Red Natura 2000

El presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ya ha dejado claro que no es posible continuar por una senda de conservacionismo total y ante la posibilidad de que dos tercios del territorio de Extremadura se integren en la Red Natura 2000, como desea la Unión Europea, ya ha dejado clara su postura: si Europa quiere que la región sea un paraíso y no se permita la instalación de industrias, la comunidad debería cobrar un canon por ello.

Pero lo cierto es que en los próximos años la instalación de centrales termosolares será un importante negocio (más de 200 millones de euros por planta) a pesar de que no se genere demasiado empleo excepto durante la fase de construcción (hacen falta entre 400 y 500 trabajadores y cuando entra en operación apenas 40). Si se cumplen las previsiones del Gobierno central a medio plazo podrían instalarse hasta 10 en España con derecho a prima --lo que garantiza su rentabilidad-- y en la comunidad ya hay presentados proyectos para cubrir toda esa demanda.

Cuatro ya tienen emplazamiento y el resto está dando sus primeros pasos. Eso sí, siempre que el aire extremeño siga siendo limpio.