Hace poco que Nicomedes Silos, o Nico, como prefieren que le llamen, se ha hecho cargo de la Parroquia de la Asunción, la más importante (por tamaño) de Villanueva de la Serena. Lo hizo tras pasar por Magacela y Jerez de los Caballeros, donde atendió varios pueblos con otros compañeros, y asumiendo que se trata de retos diferentes que asume con una misma ilusión: la que le proporciona su vocación por el sacerdocio. "Siempre he tenido claro que quería dedicarme a esto y mi familia, gente sencilla de Don Alvaro, siempre lo entendió, aunque a mi madre le costó un poco que se fuera el pequeño de la casa", recuerda. ¿Dudas? "No, no, nunca he tenido dudas", dice convencido antes de añadir bromeando que "menos mal, que estamos pocos".

En ese sentido, no duda en recordar que el sacerdocio es un nicho de empleo sin paro, ahora que este fenómeno tan duramente está azotando a la sociedad extremeña. Pero, más allá de los guiños humorístico bienintencionados, Nico considera que la crisis no es un problema exclusivo de la religión cristiana, sino que también afecta a otros muchos ámbitos de la sociedad, como el asociacionismo de cualquier tipo. No obstante, resalta que si bien es cierto que cada vez hay menos sacerdotes, también lo es que hay mucha gente dispuesta a colaborar con la Iglesia. Este es, al menos, el caso de la parroquia cuya titularidad actualmente ostenta y en la que, según asegura, colaboran en torno a 70 personas (en total, se atiende a unos 10.000 fieles) implicadas directamente en los grupos de catequesis, las pastorales de la salud, de la familia, de la liturgia... "e incluso la limpieza del templo", apostilla.

Este es, para Nico, uno de los pilares sobre los que debe sustentarse el futuro de la Iglesia. En cuanto a la posibilidad de que se permite ejercer el sacerdocio a curas casados o mujeres, Nico no rechaza en absoluto estas opciones, si bien manifiesta que preferiría que fueran cambios que no se adoptarán por obligación, sino por convicción".

De momento, no duda en halagar el trabajo que actualmente llevan a cabo los sacedortes de su entorno, a los que define como gente "con las ideas muy claras en su trabajo", "de carácter sencillo, honrado y cercano" y, además, "bastante, bastante, bastante bien formados". Como principal reto de futuro, sitúa la animación de comunidades parroquiales "cada vez más fuertes, con gente muy participativa". "No puedo hacer otra cosa que hablar bien de mis compañeros", asegura el párroco villanovense hasta el punto de hacer referencia a la puesta en común de los sueldos. "Fíjate hasta que punto estamos igualados que compartimos el sueldo y si alguno trabaja dando clases, por ejemplo, no gana un dinero para él, sino que va a un fondo común que después se reparte entre todos". Un salario que ni mucho menos es lo más importante, defiende Nico recordando que "ni siquiera somos mileuristas". ¿Su riqueza? Servir a Dios y a los demás.