Sábado, 14.04 horas. La expedición del Extremadura parte rumbo a Ceuta para disputar su partido de liga en el Alfonso Murube. De fondo, la incertidumbre sobre el estado del Estrecho. Los barcos, que no han salido en los dos últimos días, pueden o no realizar el trayecto. Domingo, 19.31 horas. La misma interrogante. ¿Cómo estará el Estrecho? No hubo problemas al final. El peligro estaba mucho más cerca de casa de lo que pensaban. Madrugada del lunes, 01.12 horas. El autobús del Extremadura ha sorteado un tremendo aguacero tras llegar a Algeciras pero entra en suelo extremeño. Está a escasos metros de Monesterio cuando la nevada obliga a parar el vehículo. A duras penas se consigue cruzar el pueblo y llegar a la altura del Hotel Leo. Allí hay que detenerse, la Guardia Civil no deja continuar. Unos cafés de urgencia y a prepararse para pasar la noche en el propio autobús.

A las 8.20 de la mañana, casi siete horas después, la expedición afronta los menos de 100 kilómetros hasta casa. En medio, "cada uno hizo lo que pudo. Dormimos a ratos, algunos jugaron a las cartas, vieron la televisión... Nos tomamos con filosofía el problemas y la verdad es que hasta nos hemos reído. Mira, pienso que una situación así ha servido para que la plantilla esté más unida si cabe", explicaba el presidente Pedro Nieto de regreso a Almendralejo. A las 10.33 de la mañana llegó por fin el autobús. Eso sí, "venimos todos como sonámbulos. Vaya nochecita", sentenciaba el mandatario. El Ceuta no pudo con ellos; la nieve, sí.