«Por la costumbre de mi país cuando cumplí 18 años mis padres me casaron con un hombre mucho mayor que yo. Tenía cuatro mujeres más y trabajaba en el Gobierno. En total 18 hijos, conmigo dos. Cuando murió me forzaron a casarme con su hermano. Me violó durante tres meses y amenazó con matarme a mí y a mis hijos si no aceptaba. Conseguí escapar. He ido a la universidad y formo parte de una asociación que ayuda a los niños que viven en la calle. Aquí en Europa quiero estar dos años y volver a mi país para sensibilizar a las mujeres. No somos esclavas, somos iguales que ellos. No quiero que ni una mujer más pase por lo mismo que yo», asegura Afo, de Costa de Marfil.