Cantan los españoles, lloran los lusos, se mezclan sentimientos contrapuestos en los hispano lusos. El origen es más fuerte que el destino. Y las raíces tiran más que el tronco, aunque las ramas del árbol genealógico opten por nuevos caminos. Badajoz disfrutó y sufrió a la vez con el derbi ibérico más que ningún otro lugar del mundo por el nexo de unión entre España y Portugal que se vive en la ciudad transfronteriza.

Sólo durante 90 minutos, los de la roja y el gallo no coincidieron en sus miradas. Enmudeció el portuñol al ritmo de "vamos España" o del "avante Portugal", quizá dos mundiales antes de organizar conjuntamente el del 2018 con una sede en el Nuevo Vivero de Badajoz.

Y entre balones de la selección que se perdían en el infinito, y creencias cristianas con cerrojazo al canto, latían fuerte una mayoría de corazones rojos pero también algunos divididos, por haber nacido en Portugal y residir en España o formar parte de los ya clásicos matrimonios ibéricos.

Ana Bagulho tiene, como Alejandro Sanz, el corazón "partío". Nació en Elvas pero lleva 32 años viviendo en España. Está nacionalizada española y no se decantó por ninguna de las dos selecciones. Junto a los dos Víctor de su casa, su marido y su hijo, y adornando la mesa del salón con las banderas de los dos países, vio el partido bastante nerviosa. "Son mis dos países y tengo el corazón partido", aseguraba anoche Ana, sin poder decir que "soy española ni portuguesa. Me considero ibérica. No quería este enfrentamiento en octavos de final, prefería un España-Brasil, pero así se ha dado".

En casa de los Rivero Bagulho, los hombres van con España y ella con los dos, "aunque en la Eurocopa del 2004 cuando eliminaron a España, cogieron la bandera de Portugal. Me da pena que hayan caído los lusos aunque también me hubiera dado la eliminación española".

ALEGRIA Y TRISTEZA A unos metros del lugar, en el Restaurante Cocina Portuguesa, su propietario Carlos Sousa, vivió el partido, "con mucha alegría y al final con tristeza porque uno de los dos queda eliminado, en este caso Portugal. Esa es la pena".

Reconoce haber animado "un poquito más a Portugal, pero la cosa ha estado dividida. No me ha gustado nada que se encontrasen en octavos, deseaba un cruce más adelante con un ambiente aún más alegre". Antes del partido, Carlos vaticinó la victoria española, "porque Portugal no tiene la misma selección que en la Eurocopa en la que fue subcampeona. Cristiano Ronaldo no ha estado bien, no encuentra su sitio y vive de las rentas".

El gol de un Villa que siempre maravilla hizo estallar cohetes, petardos y los claxon de los coches de Badajoz. Ahora somos muchos más. La hinchada lusa se une a España en su reto de ganar el mundial.