En Autoescuela Placentina gastan cerca de 10.000 euros mensuales en combustible. Por eso, las oscilaciones del mercado son más palpables. Si el gasoleo es ahora un 6% más caro que a principios de año, a ellos les supone un encarecimiento de 600 euros. "Estamos asustados", reconoce el director de este centro de formación de conductores, Antonio Macero, que cuenta con una flota de 60 vehículos.

"De un año para otro trabajamos con subidas de nuestras tarifas en función del IPC, pero lo que está ocurriendo nos está desbordando y no vemos que vaya a tener fin", explica. De momento ellos no se han decidido a trasladar ese incremento de los costes en combustibles a las tarifas que cobran a sus alumnos: "Nos resistimos, queremos aguantar para que el cliente no tenga que soportar lo que está ocurriendo". Pero ya se han puesto manos a la obra y sus técnicos están analizando el mercado para buscar vehículos que permitan mayor ahorro. "No descartamos tener que volver a los gasolina, o buscar otras opciones, como coches semieléctricos", agrega Macero, que asegura que en el último año la factura de combustible le ha subido un 20%.