Ferreira Leite corroboró que si llega a gobernar detendrá todas las inversiones que el Ejecutivo portugués tiene previstas en materia de alta velocidad. En primer lugar, por la situación económica que vive el país: "Es insostenible y estas inversiones no se pueden llevar a cabo". Y segundo, por el elevado endeudamiento público.

Pero en esta ocasión además utilizó otro argumento: no está dispuesta a someterse a los intereses ni presiones de España. "No me gusta que los españoles se metan en la política portuguesa", "yo me debo a los intereses de los ciudadanos portugueses y no a los españoles", "España está interesada en que la alta velocidad llegue a Portugal para captar más fondos comunitarios" o "Portugal no es una provincia española" fueron algunas de las ideas que utilizó --la última, en dos ocasiones-- para quejarse de las "manifestaciones, peticiones y presiones" realizadas por los alcaldes y empresarios de Portugal y Extremadura que se reunieron el pasado día 1 en Elvas para defender la necesidad de construir el AVE Madrid-Lisboa.