Un informe elaborado por el Laboratorio de Acústica de la Universidad de Extremadura (Uex) pone de manifiesto que la contaminación acústica constituye un asunto preocupante en la región. Tanto que, señala el documento preliminar presentado ayer, "el ruido debe ser considerado un problema emergente de salud pública en Extremadura". Y es que este estudio --realizado desde el Departamento de Física de la Escuela Politécnica-- señala que al menos nueve localidades extremeñas soportan un nivel de ruido superior al marcado como tolerable por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El Estudio de la situación acústica en Extremadura. Comparativa con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud , que aún no ha concluido, analiza la situación de 16 municipios extremeños y de puntos especialmente sensibles como hospitales, residencias de ancianos y centros educativos. Las primeras conclusiones resultan preocupantes, puesto que en términos globales la contaminación acústica es un problema de alcance sanitario --según los criterios de la OMS-- en, por orden decreciente, Badajoz, Almendralejo, Cáceres, Navalmoral de la Mata, Don Benito, Trujillo, Villanueva de la Serena, Mérida y Arroyo de la Luz.

CALLES CON PROBLEMAS En estas localidades el ruido es un problema generalizado, pero lo cierto es sus efectos van mucho más allá. Y es que en prácticamente todas las ciudades estudiadas hay alguna calle donde los vecinos conviven con un ruido "intolerable" según la calificación de la normativa extremeña.

En total se han analizado 132 calles de 16 localidades y los resultados son llamativos. En más de la mitad de las vías analizadas hay un exceso de contaminación acústica, y los porcentajes se disparan en las calles de Don Benito y Villanueva de la Serena. Eso es durante el día, mientras que por la noche el ruido se nota especialmente en las calles de Mérida, Don Benito, Plasencia, Badajoz, Miajadas y Villanueva de la Serena.

Por el contrario, los municipios con menos contaminación acústica son Monterrubio, Coria, Talayuela y Castuera.

En cuanto a la situación de puntos especialmente sensibles al ruido, el estudio del Laboratorio de Acústica de la Uex concluye que "todos los hospitales públicos de Extremadura superan los valores de referencia" de día y de noche.

"ENTORNO INTOLERABLE" Tanto es así, añade el informe, que "las medidas realizadas implican la catalogación de los entornos de los hospitales como intolerables" atendiendo a la propia normativa de la Junta. Si en las residencias de ancianos se aplicasen los mismos criterios se obtendrían resultados similares.

El catedrático de Física de la Universidad de Extremadura y coordinador de la investigación presentada ayer en Mérida, José Miguel Barrigón, explicó que el tráfico es el máximo responsable de la contaminación acústica que sufren durante el día las localidades extremeñas.

Por la noche el mayor problema es el de las grandes concentraciones que se producen por el ocio nocturno, un fenómeno que en algunas ciudades han analizado de forma individualizada con una conclusión contundente: "Sin duda es un elemento con un gran impacto". Aunque aclaró que el estudio todavía no ha concluido --faltan las mediciones de este año-- los investigadores de la Uex consideran que de cara al futuro sería positivo llevar a cabo estudios epidemiológicos para "evaluar y cuantificar con rigor las consecuencias sobre la salud que el ruido origina sobre las personas expuestas".

Por su parte, el director generalde Consumo y Salud Comunitariade la Junta de Extremadura,Pedro García Ramos, destacóel alcance de “un problema desalud pública”. Por eso, se mostrópartidario de que el mapa delruido elaborado por la universidadsirva como “herramienta” alas Administraciones a la horade abordar el problema, y “especialmentea los ayuntamientos”,que son los que tienen las competencias.A su juicio, los gobiernos localespueden tomar muchas medidasal respecto, como diseñaruna regulación racional del tráficoo revisar las licencias de lasactividades molestas. “No digoque sea fácil y queremos ayudarles”,apostilló García Ramos.