TEtl año 1992 fue la lanzadera para la presentación de lo que durante 16 años ha sido un gran evento multicultural, lleno de vida y colorido y que durante muchas primaveras y en un fin de semana cada año nos ha conectado con el mundo.

Hablamos de Womad, todo un festival que ha llegado a su fin. Las razones pueden ser varias y sé que ha sido difícil mantenerlo: fisuras en el casco de este gran barco han dado con el naufragio de toda una etapa artística en Cáceres. Yo, que escribo estas palabras como miembro activo de este festival a través de una asociación en Cáceres, Los Amigos del Womad, quiero defender al máximo el mantenimiento de este gran evento, pero como persona, músico y extremeño, entiendo que Womad se estaba haciendo insoportable para las empresas públicas que manejan el asunto.

Las razones son varias. La primera de ellas no es ni mucho menos la artística. Desde siempre hemos entendido este festival como el de las culturas del mundo y, por tanto, no debemos valorar si ha habido buenos artistas o no, ya que Womad era para mostrar al mundo diferentes culturas y no debemos medir calidad, quizás creación, algo que ha fallado por parte del sello Real World a la hora de contratar artistas extremeños, siempre una cantidad muy pobre, sin hablar de la participación de estos en otras ediciones en las diferentes ciudades a las que también llega Womad. Punto muy negativo y en contra de su dirección artística, esto se ha prometido y nunca se cumplió.

XAHORAx os cuento más puntos en contra y que han dado al traste con el festival: el sonido cada año ha sido de peor calidad y con costes muy elevados debido a que todo llegaba desde fuera, y creo, y sé lo que digo, que en Extremadura tenemos empresas solventes para paliar este déficit sonoro en Womad. Los talleres, mínimos, no pudiendo cumplir con las expectativas de participación, sobre todo los niños, que en gran mayoría, no han tenido acceso por ser cortos el tiempo de exposición y de inscripción. El traspaso del formato original en fin de semana, siendo ahora durante la semana y apenas comenzando el sábado ya llegaba a su fin, ha dado como resultado menos público y por tanto menos rendimiento económico para empresas que pueden lucrarse legalmente durante estos días: comercio, hostelería y similares. Si una ciudad como Cáceres, que vive de las empresas de servicios, no puede ofrecerlos, la economía puede tener tintes negativos y dado que nuestra ciudad es Patrimonio y vive de su cultura variopinta, debemos hacer que esa cultura de la que tanto hablamos sea también un negocio positivo.

Volver a emitir conciertos y actividades desde puntos del extrarradio de la ciudad es algo que tampoco han vuelto a querer realizar, si es verdad que el marco de nuestro casco histórico es único, pero la masificación y el deterioro de este se puede solucionar dando actuaciones durante el fin de semana fuera de la ciudad y después de los conciertos de la parte antigua a horas tempranas, ampliando así el ocio de la gente que disfruta de Womad de noche y dejando descansar al que vive en zonas históricas y con menos deterioro de la zona.

Existen algunos puntos más en los que no voy a entrar, cuentas, producción y aspectos relacionados, pero con los comentados está claro que Womad desaparece. Ojalá la dirección internacional de esta empresa fuera capaz de entenderlo! Por tanto y en resumen, como portavoz de Amigos del Womad, espero que mi asociación entienda que Cáceres entra en un nuevo ciclo cultural y que con nuestros recursos sí podemos hacer un gran festival con sello propio, con nuestras ideas, muchas, muy claras y que funcionan.