Letizia ya manda (más). Lo vimos ayer, el día grande de su marido, por aquellas cosas del estilo Gran Hermano , con cámaras que simulan "la vida en directo". Antes que nada, Felipe VI recibió la faja roja de capitán general a manos de su padre, Juan Carlos I . Autoridad militar, que se note, a pesar de que alguien (yo mismo ahora) podría recordar a modo de apunte que el Rey español es jefe de las Fuerzas Armadas porque es jefe de Estado, y no al revés. Dicho (y hecho) eso, en el complejo de la Zarzuela, el nuevo Monarca recibía los últimos consejos de su fiel asesor Jaime Alfonsín , ayer de estreno de funciones como jefe de la Casa del Rey, a pie de escalera y de Rolls Royce. Felipe VI esperaba. ¿A quién? A la nueva reina Letizia. Y gracias a las cámaras que nos mostraban aquel momento como informal y de impás en directo, vimos cómo al llegar, el Rey la invitaba a entrar al coche y ella pasaba bastante olímpicamente. La mano de Felipe VI se quedó suspendida en el aire haciendo el gesto de invitación a entrar al coche, mientras Letizia iba a acompañar a sus hijas al vehículo de atrás, dando indicaciones a varios asistentes y, finalmente, tirando hacia el Rolls, no sin antes haber dado la mano a un guardia de la puerta y haberle dedicado un sonriente "hasta luego". Y entonces sí, de cabeza al coche.

Nuevo Rey, nueva Reina, y roles diferentes a los más clásicos que protagonizaban Juan Carlos y Sofía . Un cambio real, auténtico, de entre el mucho simulacro de renovación que ayer se pudo ver en un día de proclamación que tuvo un aire más de toma de posesión que no de coronación. El recorrido camino de las Cortes, la ruta posterior hacia del Palacio Real y la salida al balcón tuvieron poco de cuento de Walt Disney .

Ciertamente, la sociedad española no está para muchas fiestas ni ostentaciones, a pesar de que también es cierto que tampoco se había generado ningún estallido de enojo cuando hace unas semanas se supo que los jugadores de la Roja eran los que contaban con las primas más altas del Mundial del Brasil. Los símbolos son los símbolos y como, en general, en España no pasan por su mejor momento, el sentimiento patrio mira de no apretar por ahí. En todo caso, si la ceremonia quería transmitir modernidad y austeridad, sobre todo consiguió proyectar frialdad (también en la calle). Pero novedades, más bien pocas.

Su padre juró ante un crucifijo, Felipe no. En la coronación de Juan Carlos había mucho militar en la tribuna, ahora sobre todo políticos. El nuevo Rey no estrenó ayer uniforme de gala del Ejército de Tierra, sino que lució el suyo de teniente coronel adaptándolo con los complementos del nuevo rango de capitán general. Nuevo escudo real con un fondo de estandarte carmesí que desplaza el azul Borbón y recupera el más clásico rojo oscuro tirando a azul de la Monarquía española. Back to the basics . Nuevo de toda la vida, vaya. Cambio de diseño, no de fondo, más bien al contrario.