La DGT ha detectado en julio, durante el primer mes de funcionamiento de los 37 nuevos radares fijos, un total de 109.848 vehículos que circulaban rebasando la velocidad máxima permitida de 120 kilómetros por hora.

Además, 80.056 coches iban a más de 140 kilómetros por hora; 23.049, a más de 150; 2.167, a más de 180; 191, a más de 200; 27, a más de 220, y 5, a más de 240. A partir del 1 de agosto, las infracciones superiores a los 210 kilómetros por hora se comunicarán al Ministerio Fiscal como conducción temeraria constitutivas de delito o falta contra la seguridad vial y la mayoría de los excesos de velocidad tendrán una multa de entre 300 y 600 euros y la suspensión del permiso de conducir entre uno y tres meses.

Pere Navarro, el máximo responsable de la DGT, reclamó la colaboración de los ciudadanos en el respeto de los límites de velocidad.