Los agricultores extremeños están sufriendo en los últimos días una oleada de robos en las explotaciones hortofrutícolas, de donde los improvisados productores se llevan unos cien kilos de cada finca, y que está obligando a los propietarios a hacer guardias por las tardes para evitar no sólo que se lleven sobre todo fruta, sino también para no sufrir daños añadidos en los cultivos. Este año la oleada de robos es mayor que en otros veranos, porque el precio de los productos es superior, según los agricultores.

Los hechos se han puesto en conocimiento de la Guardia Civil, que este fin de semana ya ha capturado a algunos de estos ladrones de fruta que operaban en la comarca de Mérida, pero los agricultores se quejan de la falta de presencia de efectivos de este Cuerpo en los campos extremeños, algo que aprovechan estos cacos para robar, según explicó ayer a EL PERIODICO EXTREMADURA Francisco Gajardo, presidente de la Sectorial de Frutas de la Unión Extremeña de Cooperativas Agrarias (Unexca), que indicó que las localidades muy afectadas son, por ejemplo, Calamonte, Trujillanos y Arroyo de San Serván, todas ellas en la comarca de Mérida.

Por ello, Unexca quiere hacer un llamamiento, tanto a las administraciones responsables de la vigilancia de los campos como a los consumidores, sobre el aumento de los robos de frutas y hortalizas que se están produciendo en las explotaciones de los asociados.

Además, Gajardo destacó el daño no sólo económico, sino sobre todo en los cultivos que producen estos ladrones, porque "no seleccionan la fruta sino que van a destajo y coge todo lo que puedan sin cuidar los árboles". En este sentido, pese a que todavía no pueden cuantificar las pérdidas, sí asegura que "se llevan cincuenta o cien kilos de cada finca", pero "es más la tensión que se crea que lo que se vaya a perder".

NO APTOS PARA EL CONSUMO

Sin embargo, esta práctica delictiva supone además un peligro para el consumidor, ya que "los melocotones o sandías que cogen los venden sin los correspondientes permisos sanitarios y a lo mejor todavía está sin curar o con productos que necesitan un tiempo antes de coger el melocotón o la nectarina del árbol".

El responsable de Unexca en esta materia indicó que las frutas y hortalizas robadas llegan posteriormente a los puestos ambulantes y son vendidas sin haber pasado un riguroso control de calidad, que si pasa la materia prima que sale expedida por las centrales hortofrutícolas y que respetan, por lo tanto, los criterios que aseguren al consumidor la calidad y la seguridad alimentaria que se está demandando por la sociedad.

Por ello, alerta de que pueden llegar a producir intoxicaciones por no cumplir los plazos de seguridad recomendados para el uso de productos fitosanitarios.

Para evitar esta situación, Gajardo reiteró la necesidad de que haya efectivos de la Guardia Civil patrullando por los campos de la región, dado que los grupos de vigilancia que han creado los propios agricultores "no es la mejor solución", y pide que "se movilice al mayor número de agentes implicados en el sistema, para acabar con esta situación".