La trayectoria de Olga está marcada por una lucha constante por convencer a todos de que su incapacidad no era un obstáculo para desarrollar una vida normal. Nació con una parálisis cerebral a la que con los años se han ido sumando otros problemas de salud. Esta lucha con su minusvalía y con un entorno incapaz de aceptar esta deficiencia ha hecho de ella una joven de enorme fortaleza y de ánimo implacable por sobreponerse a las trabas del día a día. Su meta es encontrar un trabajo y ser independiente.

--¿Cuál es su situación laboral en la actualidad?

--Ahora mismo estoy desempleada. Acabé mis estudios de Educación Social en febrero y desde entonces estoy buscando trabajo. La verdad es que ya ni sé cuántos currículos he echado, solo esta semana 16, y no he tenido suerte.

--¿Cree que una discapacidad supone un problema añadido a las dificultades actuales de los jóvenes para acceder a un puesto de trabajo?

--En parte sí, te enfrentas, como cualquier joven a contratos temporales y mal retribuidos y además tienes otras limitaciones para acceder a un empleo como el respeto que da, por desconocimiento, a muchos empresarios contratar a un minusválido.

--¿Cómo se enfrenta a esas barreras?

--Tengo la costumbre de no especificar nunca en el currículo que soy discapacitada, porque lo considero un arma de doble filo: lo mismo te pueden aceptar debido a esa discapacidad y aprovechar los beneficios que supone para el empresario, que rechazarte por el esquema social que aún pesa en muchas personas.

--¿Ha accedido a algún puesto de trabajo?

--Antes de acabar la carrera estuve tres meses en una academia de formación. Es mi única experiencia laboral y eso que las barreras arquitectónicas de las instalaciones eran muy fuertes. La colaboración de mis compañeros fue imprescindible para que pudiera desarrollar mi trabajo.

--¿En alguna ocasión le han rechazado en una entrevista de trabajo por su discapacidad?

--Nunca, al menos que yo sepa. Creo que en ese sentido se están produciendo importantes avances en la conciencia social. En las entrevistas de trabajo a las que yo he acudido únicamente han mirado el currículo y lo que yo podía aportar a la empresa. Pero sí, es cierto que en la decisión de muchos empresarios pesa la imagen social del discapacitado en cuanto a las dificultades que podemos tener para adaptarnos a la empresa. Y nosotros tenemos parte de culpa, porque en ocasiones nos sentimos limitados y no luchamos. La mejor competencia no es con otra persona, sino con uno mismo.

--¿Cómo cree que podría derribarse esta barrera social?

--Con algo tan sencillo como aplicar correctamente la Ley de Accesibilidad en todas las empresas e instituciones y por supuesto a pie de calle, porque en la mayor parte de los sitios ni siquiera puedes ir a echar el currículum. Bordillos, escaleras, coches mal aparcados y otro tipo de barreras arquitectónicas lo impiden.

--¿Con qué ingresos vive?

--Tengo una pensión no contributiva de 445 euros, que me permite ser independiente, pero no autónoma, ya que, entre otras cosas, no puedo acceder a una vivienda, ni de alquiler. En todo caso, la pensión también juega en muchas ocasiones en contra a la hora de acceder a un puesto de trabajo. Si se trata de un trabajo temporal o por sustitución puede que no te interese aceptarlo, ya que si tienes una nómina pierdes la pensión.

--¿Cómo ve su futuro laboral? Sigo formándome. ---Acabo de hacer un curso de Formador Ocupacional que, según me han dicho, ahora tiene mucha demanda de empleo. También estoy pensando en preparar alguna de las oposiciones de la Administración. En definitiva, lo único que quiero es poder sentirme realizada, con un trabajo regular y acorde con mi formación con el que pueda ser feliz y vivir dignamente.