Los cambios en el Gobierno generaron críticas desde la oposición, que considera que los nombramientos no introducen ninguna modificación positiva para la ciudadanía. Para la mayoría, el retoque es "más de lo mismo" e insistieron en que es una manera de José María Aznar para compensar a los perdedores, especialmente a Rodrigo Rato.

El portavoz parlamentario del PSOE, Jesús Caldera, afirmó que "es un cambio para resolver los problemas de las familias del PP" y una decisión "de un continuismo sin complejos". A su juicio, lo que "necesita" España "es un cambio sin complejos".

Mientras, la portavoz socialista, Carme Chacón, dijo que seguirá habiendo un Gobierno que "promueve la especulación del suelo" y la "precariedad del empleo", y que "impide" que los españoles se puedan pagar una vivienda.

Gaspar Llamazares, líder de IU, opinó que Aznar "reparte carteras ministeriales entre los que se quedaron al margen" como una forma de "indemnización compensativa" para Rato, Eduardo Zaplana y otros dirigentes del PP.

Llamazares también se refirió al nombramiento de la exdelegada del Gobierno en Cataluña, Julia García-Valdecasas. "Pone a la de la porra en Administraciones Públicas, con lo cual ya sabemos el desarrollo autonómico que quiere Aznar", señaló.

CRITICAS A VALDECASAS

Los partidos autonómicos prefirieron centrar sus críticas en la nueva responsable del diálogo con las comunidades. En ese sentido, el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, negó que Valdecasas tenga una "sensibilidad especial" por el tema autonómico, ya que proviene de una familia franquista, donde lo autonómico se desechó", dijo. También la izquierda catalana dijo que "tiene un perfil duro plenamente identificado con el modelo de Estado del PP".