Fabio Asensio es un niño de 7 años de Ahigal que padece una discapacidad cerebral y problemas renales crónicos por los que recibe tratamiento de diálisis mientras espera un trasplante renal que puede no llegar, porque el Servicio de Salud madrileño pone trabas para incluirle en lista de espera. Según los facultativos del hospital de La Paz --que se ocupan de su caso debido a que no existe un Servicio de Nefrología Infantil en Extremadura--, "no mejoraría su rehabilitación, socialización y calidad de vida".

De momento, los padres de Fabio han demandado a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y al Instituto Nacional de la Seguridad Social porque consideran que se está vulnerando el derecho fundamental de igualdad.

Contrarios a la postura de la sanidad pública madrileña son los datos derivados de varios estudios realizados en los últimos años, en los que los expertos rechazan que la discapacidad intelectual sea incompatible con el trasplante renal.

Una investigación de la Universidad de Ohio (Estados Unidos), publicada en la revista Síndrome de Down , señala que el 100% de las personas con discapacidad intelectual que se someten a un transplante renal supera el primer año de vida tras la intervención y el 90% continúa vivo tres años después, lo que refleja una tasa de supervivencia entre estos pacientes superior a la del resto de enfermos que se someten a la operación.

Por su parte, el director de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, manifestó ayer en Badajoz que "con este niño se ha actuado como en todos los casos en los que se plantea duda sobre si es candidato a transplante; su unidad de referencia consideró que no lo era por sus características clínicas y no por otro motivo".

OTRAS UNIDADES Lo que se hizo entonces fue interferirlo a otras unidades de referencia con más experiencia, en el País Vasco, Bilbao, y Valencia, "y han coincidido en que no hay indicación clínica de trasplante, que la calidad de vida podría no solo no aumentar, sino que existe un riesgo vital". Matesanz añadió que "no se puede realizar un acto médico en contra de la opinión de todos los profesionales. No se trata de negar el derecho a un trasplante, ni de denegación de auxilio, sino en si hay o no una posibilidad clínica y no ha lugar en opinión de todos los profesionales Sobre si será posible hace el trasplante en el futuro, respondió que "sólo si hay una causa clínica".

El consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara, afirmó que "como consejero y como persona, cuando conozco esta situación intento trasladar a la familia el máximo de certidumbre posible y la familia no la ha alcanzado, tuvo dudas; se buscó una segunda opinión y fue coincidente con la anterior, e intento agotar todas las vías que hay en un Estado de derecho, lo cual no quiere decir que hay dudas sobre el sistema".

Fernández Vara dijo que "lo que he querido en todo momento es animarlos, agotar todas las vías para que se quedaran tranquilos y el tiempo dirá. Hay un procedimiento judicial en marcha, que en un Estado de derecho no es malo que así ocurra. Razones clínicas las hay cuando los profesionales las han planteado; lo que hay que ver es si son todas clínicas y, en cualquier caso, nunca planteé la posibilidad de que fuera trasplantado mañana, sino si en el futuro hubiera alguna opción".

Es un niño, dijo el consejero, que padece enfermedades "que hacen que su pronóstico vital no sea el de una persona que no las tenga. La familia no ha alcanzado la certidumbre y lo asumo con bastante tranquilidad".

También añadió que "es un tema muy sensible para la población y espero que no sirva para cuestionar el sistema, quizás el más equitativo del mundo. Los trasplantes se hacen en función de la indicación clínica y de la compatibilidad, y hay personas que a veces están en el límite, entre el mundo de la medicina y el del derecho, nos movemos en un terreno en el que dos y dos no son siempre cuatro".