Las dos principales organizaciones profesionales agrarias de Extremadura coincidieron ayer en solicitar la declaración de zona catastrófica la superficie arrasada por las llamas en la región. UPA-UCE Extremadura afirmó ayer que solicitará dicha declaración para los términos municipales afectados y pedirá medidas preventivas, ya que las pérdidas económicas y medioambientales de estos siniestros serán irreparables.

Esta organización agraria advierte de que será imposible cuantificar todos los daños producidos por los incendios. Según el sindicato, la ganadería y la superficie de dehesa han sido los más perjudicados por el fuego. Así, en referencia a la pérdida de cabezas de ganado, asegura que en el término de Cabezabellos (Cáceres) han sido especialmente dramáticas, ya que se han quemado establos completos y la estampida del ganado ha ocasionado fracturas en patas y cegueras.

Por su parte, el vicepresidente de Asaja-Cáceres, Javier Hernaiz, considera que los daños ocasionados en las explotaciones agrarias, valorados en una primera estimación en unos 42 millones de euros, han dejado en la calle a muchos agricultores y ganaderos.

Hernaiz considera que, además del área de Valencia de Alcántara, otras zonas de la región afectadas por el fuego durante estos últimos días, como Casas de Millán, Grimaldo, Ceclavín o Salorino, también merecen esta declaración con el fin de conseguir las ayudas necesarias para los profesionales.

El responsable de Asaja-Cáceres pidió, además, que la organización agraria forme parte de la Comisión de Seguimiento y Valoración de Daños, anunciada por el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, "de forma que nos permita arbitrar las líneas de ayuda para los agricultores y ganaderos".