Iniciar un "nuevo tiempo" en la política local y hacer de esta legislatura "la más democrática y transparente". Con estas promesas aterrizaba el pasado mes de junio en el escenario político emeritense Antonio Rodríguez Osuna, tras haber conseguido recuperar la alcaldía de Mérida para los socialistas después de cuatro años de gobierno popular liderado por Pedro Acedo. En el día de su investidura, Osuna fue proclamado regidor al encabezar la lista más votada, con once concejales, y por la abstención de los ocho ediles del PP, los dos de Mérida Participa y los dos de Ciudadanos. Por su parte, IU apoyó al número uno de su candidatura.

El socialista se granjeó entonces el apoyo de los grupos de la corporación municipal, a los que garantizó diálogo y participación sobre los asuntos municipales en los encuentros que mantuvieron, pero el entendimiento duró poco. En el primer pleno de la legislatura celebrado en julio, la oposición tumbó la moción de alcaldía para pedir al Ministerio de Fomento el cambio de ubicación de la estación intermodal del tren de alta velocidad y evitar así el proyecto promovido por el PP de construir la terminal en Esparragalejo. No hubo "voluntad política" como pedía Osuna y su promesa electoral de tratar con celeridad este asunto en pleno recibía la negativa de todas las formaciones.

Las diferencias con el PP aumentaron después de que el PSOE acusara a un edil popular de supuestas coacciones a funcionarios del ayuntamiento y se quejaran por la "pésima" situación económica en la que los populares habrían dejado el consistorio. Además, Osuna reclamó esta semana a Acedo que justificara los gastos de la Visa corporativa que estaba a nombre del exalcalde durante su mandato. Ante este panorama, el alcalde tendrá que volver a retomar el diálogo si quiere sacar adelante medidas como la puesta en marcha de un plan de empleo dotado con un millón de euros.

En los primeros tres meses de mandato, que Osuna ha calificado de "apasionantes", ha cumplido algunos de sus compromisos electorales, como la eliminación de la zona azul del entorno del hospital, el traslado de la parada de taxis a la plaza de España, la apertura de la oficina de intermediación ante los desahucios y la puesta en marcha del portal de transparencia, pero también ha tenido que hacer frente a cuestiones puntuales como la apertura de los comedores escolares, la limpieza de Proserpina y del Albarregas.