En plena carga contra su deuda, la segunda más atacada tras la griega, el primer ministro, José Sócrates, y el líder de la oposición conservadora, Pedro Passos Coelho, se reunieron de urgencia para transmitir imagen de unidad. El Ejecutivo ha decidido aplazar los proyectos del país para acelerar la reducción del déficit del 9,4% hasta el 7,3% del PIB, frente al 8,3% previsto inicialmente. Ha paralizado la construcción de un nuevo aeropuerto en Lisboa y de un tercer puente sobre el río Tajo con un coste global de 6.800 millones de euros. Además, elevará del 42% al 45% el impuesto en las rentas de más de 150.000 euros al año y creará una tasa del 20% para las ganancias de capital en el mercado de valores. También se plantea reducir los salarios del sector público, recortar prestaciones de desempleo y vender participaciones en empresas públicas por valor de 6.000 millones.