Que prometer es gratis es tanto una maledicencia referida a los políticos como, a menudo y por desgracia, una gran verdad. La prueba es que campaña tras campaña se promete acabar con el paro, garantizar pensiones dignas y eliminar las listas de espera, y es evidente que, si el primero que lo prometió lo hubiera cumplido, no haría falta volverlo a prometer. En la campaña electoral que acabó precipitadamente hace apenas una semana, el candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, como hicieron sus rivales, desplegó un repertorio de promesas. Las urnas han querido que sea él el que tenga que demostrar a la ciudadanía que no eran sólo palabras.

Unidad en política exterior y contra ETA

Recuperar el consenso en materias en las que, antes de la política de rodillo practicada por el PP en la segunda legislatura, no había fisuras es uno de los principales retos que tendrá que afrontar el nuevo Gobierno. Exteriores es una de ellas. Durante la campaña electoral, los socialistas han denunciado la ruptura de la unidad que ha supuesto la "sumisión" del Gobierno de José María Aznar al Ejecutivo de Bush, sumisión que ha alejado a España de los países de la "Vieja Europa" y la ha llevado a vulnerar la legalidad internacional al apoyar la guerra de Irak. Para Zapatero, la prioridad en política exterior es poner fin a estas dos anomalías: impulsar la Constitución Europea y mejorar las relaciones con los países que se van a regir por ella y recuperar la legalidad internacional en Irak. Para ello, aboga por repatriar a las tropas españolas si el 30 de junio la reconstrucción y pacificación de la zona no está bajo control de la ONU.

El otro gran frente en el que Zapatero deberá emplearse a fondo para recomponer el consenso es la lucha antiterrorista. En campaña, el entonces candidato propuso celebrar una reunión urgente para abordar el tema, y se comprometió a informar periódicamente a la comisión de secretos del Congreso de los avances en esta materia. Zapatero también considera esencial promover el diálogo entre los gobiernos español y vasco.Una apuesta por la laicidad y la cultura

Un ordenador por cada dos alumnos, colegios abiertos 12 horas diarias 11 meses al año, enseñanza bilingüe inglés-castellano a los 16 años, 300.000 nuevas plazas escolares para menores de 3 años, compromiso de aumentar las becas un 40%... La apuesta del PSOE por la educación, al menos sobre el papel, es innegable. Además, en campaña Zapatero prometió derogar la ley de calidad de la enseñanza (LODE) y la de universidades (LOU), y garantizar la laicidad de la enseñanza. La religión será optativa y no evaluable.

De hecho, Zapatero se ha comprometido a que el laicismo impregne todas las decisiones de su Gobierno. Ha asegurado que apoyará la investigación con células madre embrionarias y la equiparación de derechos civiles de los homosexuales, dos avances a los que el PP se ha opuesto sistemáticamente en sus ocho años de Gobierno.

Convertir los medios de comunicación públicos en una herramienta al servicio de los ciudadanos y no de los gobiernos es otra de las promesas de Zapatero. El programa socialista recoge que un comité de sabios trabajará en un informe cuyas conclusiones serán elevadas a ley. Este estudio definirá el perfil y la forma de elección del director de TVE, que garantizará que un "periodista normal" dirija los servicios informativos. También promete eliminar la telebasura, y programar cultura en prime time, así como rebajar el IVA de los productos culturales.Rebaja fiscal y nuevas viviendas protegidas

La rebaja de impuestos ha sido la gran arma electoral del PP en estos ocho años. Para contrarrestarla, el PSOE ha incluido en su programa una reforma fiscal que reduce los tramos del IRPF, aproxima el tipo máximo al impuesto de sociedades (que baja hasta el 30%) y aumenta el mínimo exento hasta 10.000 euros, lo que supone que siete millones de contribuyentes dejarán de pagar.

Pero si ha habido un aspecto de la economía al que Zapatero ha hecho referencia en sus mítines ha sido el precio de la vivienda. Los socialistas han diseñado un plan de choque que prevé la salida al mercado de 720.000 pisos asequibles en cuatro años, la mitad de ellos de alquiler. En cuanto a los precios, los de compra costarán entre 48.081 y 96.162 euros, mientras que los de alquiler no superarán los 240 euros mensuales. Podrán optar a estas viviendas de protección oficial quienes tengan unos ingresos inferiores a los 30.000 euros anuales, si optan a la compra, o a los 18.000, si optan al alquiler.

El programa del PSOE también establece aumentar el salario mínimo interprofesional de 460 a 600 euros mensuales, y prevé medidas contra la precariedad laboral: bonificar "sin límites" a las empresas que creen empleos estables y sancionar "con dureza" a las que cubren puestos fijos con contratos temporales encadenados. Zapatero también ha prometido incrementar las inspecciones laborales para atajar la siniestralidad, y elaborar un Estatuto del Trabajador Autónomo. Pasa a la página siguiente