El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) del canciller Gerhard Schröder sufrió ayer una histórica debacle en las elecciones europeas y en las regionales que se celebraron en el estado alemán oriental de Turingia. El partido del jefe del Gobierno registró su peor resultado histórico en unos comicios marcados por la falta de interés por la Eurocámara y una tasa de abstención cercana al 60%.

Según los sondeos a pie de urna, el SPD consiguió el 22% de los votos en las europeas --contra el 30,7% de 1999-- y el 14% en Turingia, unas cifras que dejan al Gobierno en una débil posición a pesar de que Los Verdes, su socio de coalición, aumentaron los votos del 6,4 al 11%.

"Es una amarga derrota", reconoció el presidente del SPD, Franz Müntefering, tras analizar los resultados en la Casa Willy Brandt, la sede de los socialdemócratas en Berlín. El cabeza de lista del partido para la Eurocámara, Martin Schulz, indicó que el de ayer fue "un día triste para la socialdemocracia". En 50 años, el partido no había encajado una derrota similar.

ALEGRIA EN LA CDU En el otro bando, las reacciones eran proporcionales a lo estrepitoso de la derrota socialdemócrata. "Hoy es un día de alegría para la CDU y para Alemania porque se ha producido una clara señal de rechazo al Gobierno federal, que ha perdido la confianza de los ciudadanos", señaló la presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Angela Merkel.

La afirmación encierra toda la estrategia de los democristianos para estas elecciones: eludir el debate sobre Europa y capitalizar el descontento con Schröder, empeñado en reformas impopulares que significan una disminución de los beneficios sociales y sacrificios económicos para la mayoría de los ciudadanos.

FUTURO INCIERTO La derrota abre una incógnita sobre el futuro del Gobierno rojiverde. "Después de las elecciones comunales (municipales) de septiembre en el Estado de Renania del Norte-Westfalia, el Gobierno tendrá que renunciar y permitir nuevas elecciones", dijo el ultraconservador bávaro Edmud Stoiber.