El impacto de una rebaja en los fondos estructurales que lleguen a Extremadura para los próximos siete años se hará notar en todos los sectores, dado que las inversiones contempladas en los programas operativos recogen un amplísimo abanico de medidas. Sin embargo, donde quizás pueda causar más incertidumbre es en el futuro de las grandes obras de infraestructura.

En el marco vigente, y que finaliza este año, aunque hay dos ejercicios más para completar el gasto, las actuaciones en grandes obras acaparan en torno a 950 millones de euros, lo que supone casi la tercera parte del total.

Obras como la Autovía de la Plata, plan de mejora de la red de ferrocarril, adecuación y ampliación de la red de carreteras de titularidad autonómica, estaciones de tren y autobús o tendidos eléctricos y redes de gas, cuentan con los fondos europeos como principal vía de financiación.

Otro importante apartado lo constituyen las medidas encaminadas a la conservación del medio natural y los recursos hídricos. En estas acciones, la ayuda europea supera los 700 millones de euros en el periodo vigente, y se abarcan actuaciones tanto de reforestación y lucha contra incendios como construcción de depuradoras, redes de saneamiento, encauzamiento de arroyos y un sin fin de medidas más.

Financiación de los planes de empleo de industria, subvenciones a las empresas, creación de polígonos industriales y equipamientos para la investigación y para la implantación de la sociedad de la información forman parte también del paquete de medidas que todavía hoy cuentan con un fuerte respaldo financiero de Bruselas, que además permitía el desarrollo de acciones específicas para el desarrollo de las zonas rurales desfavorecidas, abarcando desde el arreglo de calles hasta la implantación de actividades alternativas a la agricultura.

Actuaciones pendientes

En el periodo que se abre a partir de diciembre, esta situación puede dar un giro radical. Con un tercio menos de fondos, Extremadura debe asumir una época donde hay proyectadas también grandes infraestructuras, incluso mayores que en el marco 2000/2006.

En este grupo estaría el tren de alta velocidad entre Madrid y Lisboa, cuyo trazado por suelo extremeño cuesta 1.900 millones de euros, y donde el Gobierno no puede echar mano --como hizo en el AVE Madrid-Barcelona-- de los fondos de cohesión, al haberse visto mermada su cuantía de manera muy notable.

También entrarían las autovías a Ciudad Real, a Huelva y la conexión Cáceres-Portugal, el plan extremeño de carreteras y la extensión de la red de gas natural, entre otras acciones pendientes.