Una semana de lucha en Irak ha bastado para convencer al Pentágono de que la guerra no sólo no será un paseo sino que podría durar meses, además de requerir muchas más fuerzas militares que las desplegadas en el golfo Pérsico, afirmó ayer The Washington Post citando a militares de alto rango.

Según las mismas fuentes, el mal tiempo y la feroz resistencia iraquí, sumados a la vulnerabilidad de las líneas de abastecimiento de las tropas estadounidenses, "han llevado a una profunda reevaluación, por parte de algunos de los principales generales de EEUU, de las expectativas y calendario" de guerra, algo que se apresuró a negar ayer la portavoz del Pentágono, Victoria Clarke. "No hay ninguna revisión importante en marcha ni ninguna corrección en camino", aseguró.

El despliegue de más fuerzas en Irak alargará la guerra. Sólo la Cuarta División de Infantería, que debía haber abierto un frente en el norte iraquí desde Turquía, necesitará cerca de un mes para desembarcar en Kuwait sus tanques y armas pesadas y colocarlos en posición de asistir al resto de las tropas estadounidenses. En similar situación se encuentran el Tercer Regimiento de Caballería Acorazada de Fort Carlson (Colorado) y la Primera División de Caballería de Fort Hood (Texas), que también irán al Golfo.

DIVISION DE ESTRATEGIA

Según el Post , hay divisiones entre los propios estrategas de EEUU. Mientras algunos abogan por seguir avanzando hacia Bagdad, los mandos militares sobre el terreno prefieren asegurar los suministros de agua, alimentos, municiones y repuestos. Aunque el Pentágono mantiene que todo marcha según lo previsto, lo cierto es que desde la Casa Blanca se ha impuesto una gran cautela y una pertinaz advertencia sobre la prolongación del conflicto.