La crisis tampoco golpea igual a los dos sexos en Extremadura, y ha castigado con más intensidad a las mujeres. Así, el incremento de 19.400 personas en paro en los dos últimos años ha supuesto que 11.600 extremeñas perdiesen su empleo, frente a 7.800 hombres. Y todo esto pese a que la tasa de actividad femenina sigue siendo inferior, y pese también a que se partía de una situación de desigualdad, puesto que a finales del 2006 la tasa de paro femenina era del 16,4% en la región frente a un 8,1% de paro masculino. En los dos últimos años el paro masculino ha crecido en 2,3 puntos, mientras que el femenino lo ha hecho en 4,3 puntos, con lo que las diferencias se han ampliados y superan los diez puntos.

Esta diferencia de incremento del paro entre sexos se limita a los niveles más bajos de cualificación, donde el paro femenino subió en más de 8.000 personas, mientras que el masculino lo hizo en 6.000. En cambio, en el grupo de trabajadores con formación universitaria el paro creció casi de manera idéntica entre hombres y mujeres --1.100 para los varones y 1.300 para las mujeres--.